Pregunta para Asamblea de Madrid
Soy Pati y estoy luchando contra un TCA desde hace cuatro años. Siempre me ha faltado el apoyo de mis padres. ¿Por qué no se fomentan las campañas de prevención, sensibilización y educación que involucren a las familias para que estas sepan cómo gestionar
Soy Pati, tengo 21 años y desde hace cuatro sufro bulimia nerviosa. Pese a que muchos lo crean, los Trastornos de Conducta Alimentaría (TCA) no solo giran en torno a la comida, hay un trasfondo detrás: problemas familiares, autoexigencia, ansiedad, bullying en el colegio… Un sinfín de circunstancias que te hacen caer en esta problemática.
En mi caso, la pasión por el patinaje, deporte que practicaba a los 15 años, influenció mucho en mi enfermedad. Quería competir en la modalidad de parejas y para ello tenía que pesar poco, el objetivo era facilitar el trabajo a mi compañero. Esta pasión hizo que me obsesionase con las comidas, buscaba todo tipo de información, no estudiaba nutrición, pero sabía todo lo que estaba a mi alcance. Sin embargo, conseguí “controlarlo”, cuidaba mi dieta, pero me permitía excepciones.
El problema real llegó cuando cursé 2º de Bachillerato. Siempre he sacado buenas notas, pero la presión de tener que conseguir una puntuación concreta para entrar en la carrera, me superó. Comencé con ataques de ansiedad, primero en casa, después en clase… era incontrolable.
Una ruptura amorosa y la actitud de algunas compañeras que me hacían la vida imposible, también fueron detonantes. Dejé el instituto y entré en depresión. Fue en ese momento cuando comenzó mi TCA.
Había dejado los estudios, a mi pareja y a mis amigos. Estaba sola. Luchaba por sobrevivir, no por vivir. Vivía con una sensación de descontrol de todos los aspectos de mi vida. De todos menos uno: mi cuerpo.
En ese momento empecé a sentir que estaba engordando y no me lo podía permitir. Mis padres me obligaban a comer, no sabían actuar, y ante esa situación, mi única salida era vomitar. Intentaron ayudarme, pero con su actitud todo empeoraba, me castigaban y me hacían sentir peor. Decidí irme de casa. Ahora vivo con mis abuelos y todo va mejor. Voy a terapia y poco a poco estoy aprendiendo mucho.
Los TCA son la enfermedad mental más mortal que existe en estos momentos. Además, la sociedad en la que vivimos, los cánones de belleza que nos venden como reales o las comparaciones a las que nos sometemos y someten, han provocado un aumento de los casos y de la edad de inicio de estos.
Los TCA son como una voz que te dice todo el rato lo que tienes que hacer y lo haces. Una voz interior que siempre gana. Por mucho que te castiguen o te digan lo que pasa, no lo puedes controlar.
Por todo ello, resulta imprescindible que las personas que estén a tu lado sepan actuar. Sin una buena comunicación con los familiares, amigos o docentes, una buena sensibilización de la sociedad y un adecuado acceso a las terapias es muy difícil seguir adelante.
Miembros de la Asamblea de Madrid: ¿Por qué no fomentan las campañas de prevención, sensibilización y educación que involucren a las familias para que estas sepan cómo gestionarlo y, a su vez, nos ayuden a superarlo?