Pregunta para Parlamento de Andalucía
Soy Patricia y tengo Vitíligo. ¿Darán más visibilidad al Vitíligo para cambiar los estándares de belleza y que al fin aceptemos toda clase de pieles?
Mi nombre es Patricia, tengo 35 años, resido en Sevilla y padezco vitíligo. Esta es una enfermedad genética que causa la pérdida de color en zonas de la piel, ya que las células que producen melanina mueren o dejan de funcionar.
Empecé a notar los primeros indicios del Vitíligo a los 5 años. Pasé por una situación familiar compleja, que me provocó cierto estrés y desencadenó la enfermedad. Un día, después de estar jugando en la playa, mi madre detectó en mi piel unas manchas extrañas. A partir de ahí iniciamos un recorrido con infinidad de dermatólogos y tratamientos que nunca lograron que estas manchas desaparecieran.
A lo largo de mi vida, siempre que he pasado por alguna situación que me ha generado estrés, nuevas manchas han aparecido en mi piel. Estas siempre aparecen en distintas partes de mi cuerpo y es imprevisible saber cuánto van a abarcar.
El vitíligo es una enfermedad crónica que físicamente afecta a nivel estético. Como no hay un tratamiento o cura para ello, y la gran parte de los efectos que causa el vitíligo son psicológicos, considero que por parte de la seguridad social se debería de garantizar un apoyo psicológico a las personas que lo padecemos.
A día de hoy nuestra sociedad sigue sin conocer esta enfermedad, y este desconocimiento provoca ciertos prejuicios a los que nos enfrentamos a diario. Cuando era pequeña, jugaba con una niña, y una persona de su alrededor le decía que tuviera cuidado que yo podría contagiarla.
Actualmente trabajo de cara al público y al estar en contacto con muchas personas ves todo tipo de reacciones. Las hay que te preguntan, que te miran mal e incluso algunas piensan que puedes contagiarles. Siempre he intentado restarle importancia a estos comentarios, pero es verdad que a veces terminas sin querer mostrar tus manchas para evitarlos. Hay muchas personas que se esconden.
Hace falta aumentar la visibilidad del vitíligo para que se normalicen todo tipo de pieles y disminuyan los prejuicios. Un ejemplo es el de la modelo canadiense Winnie Harlow, que ayudó mucho a normalizar y dar a conocer el vitíligo en Norteamérica.
Considero que si se aumentara la visibilidad en los medios de comunicación y en la vía pública, se lograría normalizar el vitíligo e incluso verlo como algo único y especial.
Por este motivo, siendo de Sevilla, me dirijo a los políticos del Parlamento de Andalucía para que tengan en cuenta este caso y destinen más recursos en dar visibilidad al vitíligo y a todo tipo de pieles, para erradicar el estándar de belleza convencional y lograr una sociedad más abierta y sin prejuicios.