Estimado Txus,

Primero de todo es necesario definir dos conceptos diferentes: el refugiado y el inmigrante ilegal. 

El refugiado es aquella persona que se ve forzada a emigrar a otro país, pues en sus lugares de origen son perseguidos por sus creencias, razas o por conflictos armados o desastres naturales. A este colectivo se le da protección asegurando la admisión en el país donde lo solicita, siguiendo los trámites legales establecidos al efecto. 

Por otro lado, la inmigración irregular es la migración voluntaria de personas a través de las fronteras sin atender los requerimientos legales del país de destino. La persona que se encuentran en esta situación se le considera como inmigrante irregular, ilegal, indocumentado o sin papeles.  

Por lo tanto queda claro que no estamos hablando en este caso de inmigración irregular o “ilegal”, sino de personas que huyen de sus países debido a la guerra y al peligro que les supone continuar en sus lugares de origen. 

Creo que tanto los ciudadanos de Palma, como el resto de ciudadanos de Baleares hemos demostrado siempre ser solidarios frente a dramas humanitarios, y en este caso también lo seremos. Tenemos que dar acogida a los refugiados para que puedan rehacer sus vidas en nuestra tierra. 

La mejor forma de llevar a cabo la acogida de estas familias en Palma es realizarla con planificación, coordinación y atendiendo a las capacidades reales del municipio, para que estas familias tengan unas necesidades básicas cubiertas, como sanidad, educación para los niños y empleo. Y asegurarse de que se dota por parte del Estado a las instituciones de recursos económicos para ello. 

No hay que olvidar que este drama de los refugiados es un problema que afecta a la UE, y que por tanto todos los países que la forman deben ser solidarios. Lo que es inaceptable es la posición que está adoptando Hungría, cerrando las fronteras y disparando a los refugiados, entre ellos muchos niños, con gases lacrimógenos y demás barbaries. 

En definitiva, debemos ser solidarios sin ninguna duda, con planificación, orden y coordinación entre instituciones para que dicha solidaridad sea efectiva y ayude realmente a las familias que vamos a acoger.