Me llamo Patrizia y junto con mi familia, vivimos en Zaragoza. En 2021, mi hijo Alex, que por entonces tenía 16 años, empezó a mostrar signos de enfermedad como hematomas y petequias. Acudimos al médico y después de realizarle un seguido de pruebas protocolarias, nos informaron de que padece Leucemia.

Estuvo ingresado de forma intermitente en el hospital infantil de la ciudad durante dos años, siguiendo y lidiando con los tratamientos de forma rigurosa. Cuando los médicos observaron que Alex se encontraba en remisión, le dieron el alta relativa, con consultas de  seguimiento, pero después de cuatro meses aproximadamente, recayó.

En esta ocasión, ingresaron a Alex en el hospital de adultos, ya que ya es mayor de edad, y nos informaron de que debido al poco tiempo que había pasado entre la remisión y la recaída, necesitaría un trasplante de médula ósea. En estos momentos, mi hijo está haciendo quimioterapia para controlar la enfermedad, pero también para ir preparando el trasplante, que se proyecta para octubre.

Estamos en lista de espera para recibir médula de un donante, ya que los hermanos de mi hijo no son compatibles con él. En caso de que no se encontrara donante, sería yo quién le daría médula, ya que solo con el hecho de que soy su madre, hay un 50% de compatibilidad.

Durante el proceso de enfermedad, nos hemos percatado de que uno de los aspectos más importantes a revisar es la alimentación que se proporciona a las personas que se encuentran ingresadas en los hospitales. Nosotros, vista la dieta que le ofrecían a Alex y lo poco que le ayudaba a sobrellevar los tratamientos, los ingresos y la enfermedad en general, decidimos traerle la comida de casa y tomar consciencia de que la dieta sea rica en nutrientes, equilibrada, balanceada, muy baja en azúcares y productos procesados. Desde entonces, hemos notado cambios, Alex está mejor: los efectos secundarios de los tratamientos son más llevaderos, los resultados de las analíticas son mejores, duerme y descansa mejor, etc.

Consideramos que cuidar este aspecto debería de ser clave en todos los hospitales del país, pero en este caso, hacemos un llamamiento a las instituciones aragonesas. Es un punto fácil de cambiar, solo hay que poner un pequeño esfuerzo en revisarlo y en ofrecer nuevas opciones y menos ultraprocesados. Las personas ingresadas en los hospitales necesitan sentirse tan bien como sea posible, y este aspecto es fundamental sobre todo en pacientes oncológicos que pasan semanas o incluso meses comiendo la comida que aquí se ofrece.

Políticos de las Cortes de Aragón: ¿Cuándo se van a revisar las dietas que se ofrecen en los hospitales? La alimentación es clave para el bienestar de todos.