Pregunta para Parlamento de Catalunya
Me detectaron cáncer en mitad de mi embarazo. ¿Por qué no se destinan más recursos económicos a investigar cómo los tratamientos pueden afectarnos en estos casos? Necesitamos un protocolo más ajustado a nuestros casos
Fotografía: Meseret Martinez @_meseret
Mi nombre es Paula, soy de Tarragona y estoy atravesando un cáncer de mama. Estaba de 21 semanas de embarazo, cuando mi marido y yo nos dimos cuenta de que tenía un bultito en el pecho, que si me lo tocaba me dolía. El 10 de enero se lo comentamos a la comadrona, porque pensamos que igual era porque me estaba empezando a subir la leche o podría ser algo relacionado con el embarazo.
Sin embargo, mi comadrona trabajaba junto a una ginecóloga que me palpó y decidieron darme cita para una ecografía y con un ginecólogo especialista en mamas. Al final de esa semana, el día 13, me visitó el especialista de mama.
A la semana siguiente fui a hacerme la prueba y mientras estaba allí la doctora me hizo una punción. Me encontraba en la semana 24 de embarazo. A los pocos días ese ginecólogo me dio el diagnóstico: cáncer de mama.
En Tarragona hay dos hospitales, y justo en el que estaba no había unidad de prematuros. Como no sabían que iba a pasar decidieron derivarme al otro hospital.
Al lunes siguiente ya me estaba viendo la oncóloga. Me dijo que lo mejor era operarme y sacarlo todo. Mi abuela falleció por cáncer de mama, la última revisión que me había hecho había sido en abril de ese mismo año y todo había salido bien. De abril a enero el tumor ya era de 3 centímetros.
El 15 de febrero me hicieron la mastectomía en el hospital Joan XXIII Tarragona (que son los que tienen la unidad de prematuros). Me recomendaron irme al Vall D'Hebron y allí empecé con el tratamiento de quimio. El 8 de marzo me estaban dando mi primera quimio. Primero pasé la fase roja y luego tenía que empezar la fase donde me ponen los anticuerpos, pero me dijeron que hasta que no diera a luz no podía recibirlos.
El 11 de mayo, la semana 39 de embarazo, me indujeron el parto que fue vaginal porque una cesárea me podía dar problemas de infección. Fue todo muy bien, aunque antes del parto me tuvieron que hacer una torsion cefalica externa porque el bebe estaba atravesado.
Tras el parto di mi última sesión de quimio roja y me volví a Tarragona a seguir con el tratamiento, porque las siguientes quimios eran semanales. Ahora justo estoy en la mitad de la fase blanca que acabo, si todo va bien, el 25 de agosto.
No me quejo porque todo ha ido muy bien, de hecho al estar embarazada he tenido menos efectos secundarios. No se me ha caído del todo el pelo, y como efecto secundario más fuerte simplemente sentía un poco de ardores.
Me gustaría añadir, que todos los especialistas que me atendieron lo hicieron con mucho cuidado y cariño. No tengo queja de ninguno porque, a pesar de no tener los recursos, me he sentido muy segura con sus recomendaciones.
Y, por otro lado, me gustaría que quedara constancia que el único centro donde tienen un equipo especializado para tratar a embarazadas con cáncer de mama (que somos más de las que imaginamos) con el circuito cerrado de pruebas y especialistas, es en Vall de Hebrón y que, como yo, otras mujeres tienen que desplazarse hasta Barcelona para poder recibir el seguimiento necesario. Mujeres que vienen de diferentes puntos del país y en muchas ocasiones se encuentran en sus últimas semanas de gestación.
Creo que es fundamental que se destinen más recursos a la investigación del cáncer. Se supone que, por protocolo, tienen que dar quimio antes de operarte para ver cómo reaccionas al tratamiento. Sin embargo, a mi me tuvieron que operar antes y no saben cómo está reaccionando el tumor a esa quimio. Por eso, me van a tener que sacar todos los ganglios, para ver que todo esté bien.
Al estar embarazada no tenían muy claro qué hacer. Creo que en estos casos hay muy poca información y es necesario que se investigue más para no tener que pasar por cosas que igual no son necesarias. Se necesita un protocolo que se ajuste a las necesidades concretas de las pacientes oncológicas embarazadas.
Me gustaría que el Parlamento de Cataluña se hiciera eco de estas peticiones.