El Consejo de las Comunidades Castellanas debe ser el primer paso para la colaboración
Las primeras medidas las tomaron ya en el año 2000 los entonces presidentes de Castilla-La Mancha, Castilla y León y la Comunidad de Madrid (en aquella época Bono, Lucas y Gallardón), y fue la creación del Consejo de las Comunidades Castellanas, que estaba llamado a coordinar las competencias de estas CCAA en temas como sanidad, educación, turismo, cultura, medio ambiente o agua. Lo malo de este Consejo, que es una magnífica idea y que debería ser reimplantado y potenciado, es que sólo se reunió dos veces y "desapareció" del panorama político. Legalmante nunca sido disuelto, pero tampoco ha sido convocado de nuevo. De hecho, posiblemente habría que dotarlo de una figura jurídica que le diera consistencia y contenido específico, pero como primer paso en la tarea de limar fronteras para beneficiar a los ciudadanos, es indudable que fue un gran acierto que habría que recuperar.
Junto a ello, los convenios de colaboración entre las tres comunidades son una excelente herramienta que se puede poner a funcionar de manera inmediata y que pueden suponer grandes avances en colaboración sanotaria, educativa o turística. Todo es cuestión de voluntad política para ello, y desde luego en el PARTIDO CASTELLANO (PCAS) estamos convencidos que reportará enormes beneficios a los ciudadanos, a la vez que grandes ahorros a las arcas públicas. Por poner un ejemplo concreto e inmediato, el uso conjunto del Hospital del tajo, en Aranjuez, por parte de Castilla-La Mancha y Madrid no sólo supone beneficios directos a los ciudadanos que pasan a tener un hospital al lado de casa (por ejemplo los habitantes de Seseña o de Ocaña), sino que supone un ahorro para la sanidad madrileña al compartir los gastos y para la de Castilla-La Mancha al ahorrar en transporte y en inversiones.
Compartir