Mi nombre es Rafael, vivo en Chillán y soy padre de Paula, una maravillosa niña que murió a los 15 años. La encontraron en la casa de su madre con signos de haber sido violada, golpeada y envenenada.

Mi hija era una niña muy alegre, inteligente y amante de los animales.

El 18 de febrero, Paula fue encontrada en pésimas condiciones en la casa donde vivía junto a su madre. Ese día me llamó la mamá avisándome que mi hija estaba grave en la UCI del hospital. Yo partí muy rápido a verla.

Cuando llegué, mi hija estaba muerta. Yo vi signos de golpes en su cuerpo y el médico me confirmó que tenía signos de haber sido violada y que sufrió dos infartos por una sustancia tóxica que había ingerido.

Le realizaron la autopsia y al día siguiente me entregaron el cuerpo. Ya han pasado casi dos meses y aún no me han entregado los resultados de ese procedimiento. Sin ello, la investigación no avanza y sigo sin saber quién fue el responsable de la violación y la muerte de Paula.

Luego de su muerte, comencé a buscar información por mi cuenta. Los compañeros de colegio me comentaron que en algunas ocasiones llegó con moretones en su cuerpo y ella les contó que la habían golpeado. Esto también fue confirmado por los vecinos del sector donde ella vivía.

El celular de mi hija apareció tres días después de su muerte en la casa de su madre, sin llamadas ni mensajes, ya que los habían borrado. PDI está haciendo las pericias correspondientes para recabar información del celular y ojalá obtener pistas del caso.

Siento un dolor inmenso de saber que mi hija sufrió y de que ya no esté. Es mucha la angustia por no saber qué le ocurrió, quién la violó ni en qué circunstancias ingirió el veneno. Necesito que se acelere la investigación y tener los detalles de la autopsia lo más pronto posible para encontrar respuestas.

Cuento el caso de mi hija ya que sé que al igual que ella, en nuestro país hay muchas niñas y niños que han sido violados, abusados, maltratados y asesinados, y son situaciones que se repiten a diario en nuestro país.

Esto debe terminar de una vez por todas, ninguna otra niña o niño debe vivir estas atrocidades y los violadores y asesinos deben pagar con las penas más duras. El Gobierno debe priorizar y velar por los derechos de nuestros menores, debe protegerlos y entregar justicia a las familias de los que ya no están, como es el caso de mi querida Paula.

Es por esto que me dirijo a la ministra de la Mujer, para preguntarle qué acciones va a llevar a cabo para aclarar el caso de mi hija y hacer justicia por ella. Además, quiero saber qué medidas contempla para proteger a nuestras niñas y prevenir este tipo de crímenes.

Para lograrlo necesitamos el apoyo de todas y todos ustedes, ya que, si conseguimos 50 apoyos, esta pregunta llegará a la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Mónica Zalaquett, quien nos tendrá que dar una respuesta en esta misma web.