Pregunta para Parlamento de Catalunya

Me llamo Raquel y en 2019 me extirparon un tumor cerebral: ¿Cuándo se invertirá en ayudas económicas para la gente que pierde el trabajo porque tiene cáncer?

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Me llamo Raquel, tengo 25 años y vivo en Barcelona. Hace tres años empecé a tener unos dolores de cabeza tan fuertes que me llegaban a provocar vómitos. Cuando la gente de mi entorno empezó a preocuparse, decidí ir al neurólogo. Me visité en una clínica privada y me dijeron que lo que tenía era migraña. Me receptaron una pastilla que tomé durante un tiempo y que no me funcionó. El neurólogo me visitó dos veces más después de esto y fue durante estas visitas que me hicieron una resonancia y detectaron que tenía una masa en el lóbulo temporal del cerebro. Entonces, me pasaron con el neurocirujano, que me dijo que no me preocupara porque el tumor era benigno, pero que tenían que extirparlo. Fue entonces cuando yo pregunté si la operación era urgente o si podía esperar a acabar el máster universitario que estaba cursando en aquel entonces. El médico me dijo que podíamos esperar y finalmente me operaron en julio, aproximadamente un año y medio después de mi primera visita con el neurólogo.

La operación fue bien, pero cuando desperté no entendía lo que me decían y tampoco me podía expresar. También me costaba mucho caminar. Los médicos dijeron que estos efectos no eran normales, pero que serían temporales

Todo siguió igual durante aproximadamente dos meses, sin mejoras. En diciembre me comunicaron que me pasaban a la unidad de oncología porque la biopsia que me hicieron inicialmente estaba mal; no estaba desarrollada. Lo que yo tenía era un tumor benigno enmascarado y por tanto, me tendrían que someter a tratamiento de radioterapia y de quimioterapia. Para seguir haciendo estudios relacionados con la biopsia del tumor, en el centro privado donde me trataban me dijeron que no tendríamos que pagar porque los cubriría la mutua, pero que si finalmente no los cubría, lo haría la Seguridad Social. Pasaron tres semanas y nadie nos llamaba. Llamé yo y me informaron que finalmente tendría que pagar para la investigación y que el precio ascendía a los 700 euros. Me sentí engañada ya que en ningún momento me ayudaron a encontrar soluciones. 

En este punto, mi carácter cambió. Empecé a desarrollar mucha ira, tenía ataques de ansiedad y me autolesionaba. Mi madre llegó a decirme que no me reconocía.

Un día nos reunimos con toda la familia para celebrar que me habían enunciado que todo lo que se relacionaba con el tumor estaba bien y allí desarrollé mi primera epilepsia, trastorno muy asociado a mi tumor sobre el cual nunca me avisaron ni me medicaron. Estuve mucho tiempo convulsionando sin poder hablar ni caminar. Decían que la epilepsia se derivaba de la ansiedad pero no fue hasta que empezaron a subministrarme anti-convulsionantes que empecé a estabilizarme. Tardé prácticamente una semana en volver a hablar y a caminar. La última crisis epiléptica que he tenido fue este mismo lunes. Desde entonces, me he estado recuperando y ahora cojeo un poco pero estoy bien.

Después de lo ocurrido, decidimos que pasaría a tratarme por la Seguridad Social. Los médicos decidieron no hacerme ni quimioterapia ni radioterapia porque ya habían pasado entre ocho y nueve meses. Si lo hubieran detectado a tiempo me habrían tratado, pero ya no valía la pena. Así que creyeron que lo que necesitaba entonces era empezar a trabajar para el refuerzo del aprendizaje, la memoria, la logopedia, la rehabilitación, etc. De esta manera, empecé el seguimiento en el Hospital del Mar y por fin me sentí tranquila, informada y acompañada.

Entonces llegó la Covid-19 y me anularon las sesiones de logopedia y de rehabilitación. Esto a nivel emocional y psicológico me afectaba. Actualmente, cada seis meses me hacen pruebas y a la última me dijeron que estoy limpia de células cancerígenas.

Aunque esté sana, todavía no puedo trabajar de lo que me he formado para hacer. Soy psicóloga y he hecho dos masters universitarios de especialización en recursos humanos y en psicología general sanitaria. Aun así, estoy trabajando en un comedor escolar. Desde que empezó el proceso de enfermedad, he tenido que iniciar des de cero el tema laboral. 

Es por esto que me dirijo a los políticos del Parlament de Catalunya, que son quienes me representan, para preguntarles si tienen previsto poner ayudas económicas a disposición de la gente enferma de cáncer teniendo en cuenta que muchas no pueden trabajar o pierden el lugar de trabajo durante la enfermedad. También quiero preguntar si se plantean trabajar en el refuerzo del servicio de psicología en sanidad pública. Llevo más de un año en lista esperando para que me traten en el centro de salud mental que tengo asignado, ya que no puedo hacerme cargo pagar visitas privadas.

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