Soy Rita, tengo 20 años y soy musulmana y bisexual. Nací en España en el seno de una familia muy religiosa y creyente del islam, pero soy de origen marroquí.

Me he sentido rara desde pequeña pero no entendía lo que me pasaba y, cuando tuve conciencia, lo tuve claro. Mi religión prohíbe cualquier tipo orientación sexual que no sea la que defiende, por tanto, yo pensaba que estaba enferma y me podría llegar a curar algún día; con el tiempo me di cuenta de que no, había nacido así y eso era lo que era.

Creo en mi Dios y tengo claro lo que defiende pero estoy convencida de que él me apoyaría porque, si hay cosas que Dios prohíbe, como en este caso mi orientación sexual, ¿por qué me ha creado así? o sea ¿Por qué me dejó seguir por ese camino "erróneo"?

Mis amigos son mi vía de escape, tienen la mente muy abierta y me siento enormemente apoyada por ellos, si mi familia se enterase… los perdería para siempre. Una vez me enamoré de una chica y la perdí por no ser capaz de decirle lo que sentía, no podía permitir que ella sufriera por mi culpa, por una situación que no iba a cambiar nunca.

Mi mayor miedo es llegar a perder a mi familia, siempre he soñado con una vida “normal” comidas familiares, planes de domingo, celebraciones… si algo de esto saliera a la luz, nada de esto se cumpliría.

¿Qué es lo que quiero? Un trabajo estable, una pareja, libertad para vivir la vida que me apetezca y, todo ello, sin perder a mi familia, por supuesto porque creo en mi religión y quiero seguir formando parte de ella.

Me gustaría pedir a los políticos del Parlamento de Andalucía más campañas de concienciación social, educar en los colegios desde la diversidad sexual, que den visibilidad a todas las culturas y religiones y, sobre todo, apoyo a las personas que sufren ataques homófobos o racistas  o islamófobos por ser lo que son. Cada persona tiene que poder vivir su propia vida independientemente de sus creencias, su religión u opiniones sin que nadie le juzgue o le castigue por ello.