Pregunta para Parlamento de Catalunya
A los cinco años me diagnosticaron un cáncer que me acompañó hasta los 21. La enfermedad marcó mi infancia y juventud. Las financiaciones privadas son clave en la investigación del cáncer infantil, pero considero imprescindible la apuesta pública
Me llamo Ros y vivo en Catalunya. Tengo 52 años y estoy lidiando con un cáncer por tercera vez en mi vida. Cuando tenía cinco años, me encontraron un tumor en el riñón derecho. Tuvieron que extirparme el riñón con el tumor y me sometieron a un tratamiento muy duro. Lo superé y me estuvieron haciendo revisiones rutinarias de control en oncología hasta que tuve 21 años. Esta experiencia marcó mi vida para siempre. Hace diez años, quise ser madre soltera, pero no lo conseguí; con el seguido de pruebas para someterme al proceso que me practicaron, me detectaron el Virus del Papiloma Humano. Entonces me dieron las vacunas contra la patología y el alta.
Pasaron los años y llegó septiembre de 2021. Llevaba un tiempo con dolencias digestivas. Fui a urgencias en una ocasión en la que me encontraba muy mal. A partir de este momento, tuve la sensación de que ya no me soltaban de la mano. Estoy atravesando un proceso de enfermedad muy positivo. El hecho de haber padecido cáncer anteriormente permite que sepa lo que es pasar por el proceso. Tuve una sintomatología muy fuerte y en tres meses he mejorado mucho; siento que me estoy fortaleciendo. Padezco un cáncer de estómago y me han encontrado quistes tumorarios en los ovarios. Sigo un tratamiento de quimioterapia y estoy a la espera de que me realicen un TAC de control para comprobar si está funcionando.
Mi relación con el cáncer empezó cuando yo era muy pequeña. Un día, una buena amiga escritora, Muriel Villanueva Perarnau, me propuso que escribiera un libro sobre mi experiencia después de explicarle los complejos que sufrí durante la adolescencia. Yo no me veía capaz de hacerlo, así que acordamos hacerlo entre las dos. El libro se llama “Rut sense hac” y nuestro objetivo fue dar visibilidad al cáncer infantil y el hecho de que faltan recursos para la investigación. La mitad de lo que ganamos con el libro se destinó al Hospital maternoinfantil Sant Joan de Déu de Barcelona para la creación del nuevo Pediatric Cancer Center Barcelona, que se ha inaugurado recientemente y que es pionero por las investigaciones que se desarrollan en él.
Los avances son posibles gracias al financiamiento privado tanto de empresas como de particulares; el financiamiento público es prácticamente nulo. Es en este sentido que me dirijo a los políticos del Parlament de Catalunya, ya que son quienes me representan: “A los cinco años me diagnosticaron un cáncer que me acompañó hasta los 21. El proceso de enfermedad marcó mi infancia y juventud. Las financiaciones privadas en estos momentos son clave en la investigación del cáncer infantil, pero considero imprescindible la apuesta pública”.