Me llamo Sara, resido en Reus y tengo un hijo de 4 años con Autismo. Nos dimos cuenta porque tenemos un hijo mayor; al principio Thiago llevaba un desarrollo correcto para su edad, pero a partir del año y medio, observamos cosas muy diferentes a las de que hacía hermano. Decidimos llevarlo al pediatra y nos dijo que lo derivarían para mirarlo. Con dos añitos, ya en la guardería, la profesora nos dijo que en su comportamiento observaba posibles rasgos TEA; decidieron tirar por esa vía y nos dieron el diagnóstico definitivo de TEA.

La etapa escolar fue bastante complicada al principio; el P3 fue bastante regular; yo veía como su profesora no se involucraba todo lo que debía en él, así que el niño no avanzó nada. No pedíamos nada especial simplemente que le enseñaran con rutinas, que es lo fundamental en estos casos; al terminar esta etapa y llegar las vacaciones, durante los 3-4 meses que estuvo en casa, avanzó enormemente, pasó de decir mas palabras, ponerse y quitarse el solito los zapatos y los calcetines…

Actualmente está en P4 y estamos muy contentos, le enseñan sus rutinas y la profesora está bastante más implicada, todo lo que puede teniendo en cuenta que su clase la componen unos 25 alumnos; a pesar de esto, necesita un impulsito más, un apoyo extra para poder desarrollarse correctamente.

Necesitamos más ayudas, las que hay son escasas e insuficientes. Además, otra de las grandes carencias, es que si el LEAP no considera apto a un niño para recibir esas clases extra, te quedas sin ellas. Cuando terminas el CEDIAC, solo te quedan las becas MEC pero no cubren prácticamente nada, cada terapia son 70 euros 45 minutos; Thiago recibía una terapia semanal, y debido a la gran cantidad de niños que tienen que cubrir, tuvimos que pasar a una cada 15 días, el gobierno debe darles centros porque se les quedan pequeños. Respecto al tema escolar, exigimos aulas TEA en todos los centros si algunas comunidades como Navarra o País Vasco lo han conseguido, debería extenderse al resto de comunidades. Todos los niños tienen el mismo derecho a recibir una educación de calidad y que se ajuste a sus necesidades.