Ya no es noticia: la vuelta a las aulas es el quebradero de cabeza de familias y docentes. Quedan muchas preguntas, muchas incógnitas por resolver. Estamos participando en una carrera contrarreloj con y el tiempo se nos echa encima. 

Mientras que, en los países vecinos, como Italia, que comienza el curso escolar a la par que España, ya tienen un esquema organizativo bastante concreto, con medidas que parecen que pueden servir como barrera para frenar los contagios de Covid-19 en el ámbito educativo, como la contratación de 80.000 profesores y personal docente, en nuestro país parece que estamos esperando a ver qué sucede, sin tomar decisiones consistentes.

Incertidumbre es la palabra que más se pronuncia por parte de docentes, como yo, que ven como la sombra del comienzo del nuevo curso empieza a acecharnos sin saber bien como reaccionar. A la incertidumbre se le suma el malestar. Por parte del gobierno, por lo menos desde fuera, se ve muy poca reacción. Pasotismo es una palabra que podría definir muy bien la imagen que da nuestro gobierno desde fuera.

Los niños, los que son, sin ningún tipo de duda, los grandes damnificados por esta emergencia educativa se encuentran completamente desconcertados. Las ordenes confusas, en las que no se concreta cómo deben reaccionar, acaban liando su cabeza de una manera increíble. Se preguntan cosas cómo: Si ayer estaba jugando con mis amigos en el parque, ¿por qué hoy no me puedo juntar con los niños en el cole?; o: si este año estaba dando clase con mi profe en el aula, ¿por qué hoy vuelvo a hacer ejercicios pegado de nuevo a una pantalla?

Para evitar que tanto padres como docentes y los más pequeños nos volvamos locos necesitamos medidas claras, protocolos que seguir con garantías de seguridad, directos y que no den lugar a dudas.

Por eso, políticos del Congreso de los Diputados, les pido que, antes de que sea demasiado tarde, creen protocolos de seguridad ante la crisis del Coronavirus para el ámbito educativo eficientes, claros y con una organización precisa.

La educación es un pilar básico de todas las sociedades existentes y su funcionamiento no se puede dejar al azar.