Pregunta para Senado

Consumir compresas y tampones no es una opción es una necesidad indispensable. ¿Por qué siguen ignorándonos precisamente quienes pueden cambiar esta situación?

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Sara Yáñez Pregunta de Sara Yáñez

Hola, soy Sara, en Instagram @cacttuss_ , y escribo en Osoigo para reivindicar la bajada de precios de los productos menstruales. 

El debate de los precios de los productos de higiene menstrual lleva en vigor mucho tiempo, sin embargo, es una problemática que no parece encontrarse en la agenda política y que, por este motivo, está lejos de resolverse.

Si tu ves los precios en el súper, puedes llegar a pensar que tampoco son tan exagerados, no obstante, hay que tener en cuenta que es un gasto mensual y que la mayoría de productos son de uso limitado. Los tampones se pueden llevar puestos un máximo de 6 horas, las compresas, a parte de no estar recomendadas, también tienen ese tiempo de uso recomendado. Estos son los métodos tradicionales, los más consumidos por las mujeres en edad de menstruar.

Además, este no es un gasto del que podamos prescindir y muchas familias españolas viven en torno a la precariedad y tienen que decidir si alargar los tiempos recomendados o ahorrar dinero de otra cosas también fundamentales para poder cumplir con el uso y las recomendaciones sanitarias de los productos menstruales. Y, para sumar a todo esto, hay que tener en cuenta que el uso inapropiado de estos productos, como exceder el tiempo recomendado de uso de tampón, puede suponer un problema para la salud de las propias mujeres.

A lo largo de estos últimos años, la sociedad ha ido siendo más consciente de que el uso de estos productos tiene que determinarlos como productos de primera necesidad y, por tanto, que su coste sea limitado y relativamente bajo. Personalmente, he podido observar en primera línea, como los productos relacionados con la regla han sido incluidos en las despensas solidarias para las familias con menos recursos. Por lo que demuestra que en el ámbito social ya se consideran productos de primera necesidad y que las cosas están cambiando. Sin embargo, no podemos decir lo mismo del ámbito político, ya que todavía siguen sin regularse sus precios. 

Consumir compresas y tampones no es una opción es una necesidad indispensable. ¿Por qué siguen ignorándonos precisamente quienes pueden cambiar esta situación?

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