Soy Saúl Castro Fernández, abogado especializado en derechos humanos. Llevo varios años trabajando sobre la violencia practicada en España a través de las “terapias de conversión”, que son aquellas prácticas orientadas a modificar la identidad y expresión de género de las víctimas y su orientación sexual para adaptarlas a los cánones cisheterosexuales establecidos. Entre 2019 y 2020, sorprendido de que no hubiera medidas contra estas terapias, decidí realizar una investigación por mi cuenta. Así nace “No es terapia”, una asociación española formada por profesionales de distintas ramas que luchamos contra las prácticas de conversión en España.

Que no haya información pública acerca de cuántas organizaciones existen, evidencia el desinterés que ponen las instituciones en este tema. Desde la asociación trabajamos: visibilidad, acompañamiento y asesoría a las víctimas, prevención, lucha contra la impunidad y un cambio en la regulación. Somos una organización autofinanciada, que funciona gracias a nuestros ahorros y nuestro tiempo.

Estas terapias están presentes en unos 80 países y en España hay entre 200 y 400 personas en ellas actualmente; además existe un patrón claro de víctimas: hombres, homosexuales, de familias religiosas, especialmente de familias católicas o de grupos evangélicos y de entre 20 y 30 años, muchas veces captados siendo menores de edad.

Estas prácticas se llevan a cabo en diócesis de la propia Iglesia católica, así como en asociaciones con fuerte vinculación religiosa como “Es Posible la Esperanza” o “Verdad y Libertad”, colaborando con reconocidos movimientos como “Camino Neocatecumenal”, entre muchos otros.

Creo firmemente en la importancia de buscar estrategias comunes e integrales a la hora de trabajar contra estos abusos, que no se quedan en nuestras frontera. Hemos hasta detectado asociaciones que tienen programas para traer a gente de Latinoamérica y “corregirlas” en España; que ofrecen cursos online para decenas de países y que comparten el mismo argumentario y materiales de forma transnacional.

¿Qué buscamos? Queremos criminalizar estas terapias de conversión, que se establezcan penas de cárcel como en otros muchos países ya se ha hecho; más medidas de visibilidad estadística, no tenemos cifras sobre personas afectadas; formación, las instituciones tienen que reunirse y unificar medidas para atender los casos de estas personas.

España tiene que llevar a cabo activamente una política de investigación de estas prácticas y apoyo a los supervivientes. Hemos conseguido mucho, pero queda un largo camino por recorrer para garantizar nuestro derechos y nuestra seguridad.

Pedimos a los políticos del Congreso de Diputados que la Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y garantías para las personas LGTBI nos permita frenar efectivamente y luchar de forma activa contra la impunidad de estas prácticas y darles a las víctimas y supervivientes de las “terapias de conversión” medidas y mecanismos para poder ejercer sus derechos.