Pregunta para Parlamento de Catalunya
El gran desconocimiento que hay por las personas autistas hace que se cuestionen nuestras habilidades. ¿Cuándo se va a favorecer la integración de las personas autistas en el mundo laboral?
Hola, soy Sebastian y soy autista. Durante mis estudios de diseño nos llevaron a varias editoriales de cara a la búsqueda de empleo. En una de esas visitas, el presentador dijo qué tipo de persona estaban buscando y el tipo de actitud que esta debía tener. Luego describió los rasgos de la gente que no querían, que eran aquellas que no te miran a los ojos o con lenguaje corporal extraño. Todos esos rasgos de los que hablaba son rasgos de personas autistas. Y nunca me sentí tan fuera de lugar en mi vida como en ese momento.
La ignorancia sobre qué es realmente el autismo nos lleva a situaciones en las que se nos discrimina y excluye muy descaradamente. Se siente como si constantemente estuvieran describiendo tu personalidad, manerismos y preocupaciones, pero en lugar de llamarlas por su nombre deciden denominarlas impropias, malintencionadas, falta de profesionalismo o en otras palabras “no encajas con nuestro perfil de empleado” y te vas de otra entrevista de trabajo sin saber si tu fallo fue el tiempo en que le miraste los ojos, que mostraste estereotipias sin darte cuenta o fuiste incapaz de controlar el tono y de nuevo hablaste como un robot.
A día de hoy, ser autista todavía es un tabú y no se tiene en cuenta que esos comportamientos que podemos tener no tienen por qué ser malos. Aceptarnos a las personas autistas conlleva aceptar a personas que históricamente han sido etiquetadas como raras. No solo hay que aceptar a ese niño de 5 años que es autista en el colegio poniendo su diagnóstico por delante para que todo lo que no entendamos caiga ahí. También hay que aceptar a esa persona adulta que hace esas mismas cosas que te puedan parecer raras sin que se tenga que desplegar un diagnóstico o historial médico para poder ser contratada. Ya sea ese compañero de oficina que los jefes le reclaman no formar parte del equipo porque no quiere participar en el ambiente social de la empresa o sea ese adolescente que recibe bullying porque le gusta demasiado una serie, para estándares neurotípicos.
Por desgracia, hay una gran falta de conocimiento con respecto a las personas autistas. Las personas no autistas se creen con la posibilidad de negar la validez de tu diagnóstico o de cuestionar tus habilidades. En el entorno laboral suele ser muy complicado porque se exige una documentación que lo acredite (y no todas las personas discapacitadas tenemos la documentación por discapacidad porque es mucho dinero y tiempo tramitarla) o no estaban buscando contratar a más personas con discapacidad.
En un estudio reciente realizado en Estados Unidos se analiza las primeras impresiones de los adultos con autismo. Este indica que el primer pensamiento de una persona no-autista al interactuar con alguien autista es concluir que fue una experiencia negativa, lo cual esto nos acaba perjudicando a la hora de integrarnos en sociedad y conseguir o mantener el trabajo que necesitamos. Esto parte de prejuicios discriminatorios que van más allá de las propias limitaciones que pueda tener nuestra condición. Por eso quiero dirigirme a los miembros del Parlamento de Catalunya. Hay cantidad de trabajos en los que nuestros manerismos no deberían de ser tan importantes y hay algunos que incluso se beneficiarían de ello. Para ser cajero o diseñador no necesito ciertas habilidades sociales, por eso es necesario que se deje atrás el tabú y desconocimiento que hay hacia nosotros, que se favorezca nuestra integración laboral y que se nos incluya más en la sociedad.