Hola, soy Seben de las Islas historiador y creador del personaje El Morrudo. A través de él me gusta reflejar las problemáticas en las que vivimos en Canarias. Sobre todo, como joven canario e historiador, veo como ciertas realidades las seguimos arrastrando. Y al final, lo único que hacen nuestros políticos es repercutir e incidir en la dependencia del exterior que tenemos. Algo que día a día aumenta, sobre todo ahora que, en vez de diversificar los sectores económicos, continuamos impulsando el turismo como única opción. Y esto muestra una vez más como ser canario es o irte o estar cobrando una miseria para subsistir. 

Lo cierto es que el nivel de sueldos es muy bajo. En el 2018 por ejemplo el salario medio era de 900€ y muchas personas acaban subsistiendo con mucho menos. En las islas, un 4,3% de los afiliados a la Seguridad social viven con 735 euros al mes… Y muchos jóvenes, tienen que hacer frente a un alquiler y comer con solo 200 euros al mes. Hoy en día seguimos siendo de las comunidades con el salario medio más bajo. Incluso, hemos sido de las regiones europeas, de las terceras más pobres. 

¿Cómo una persona que trabaja acaba yendo a pedir comida a Cáritas? Los sueldos apenas dan para mantenerte. Y aquí parece que, si no te dedicas al turismo, no puedes vivir. Vemos constantemente como muchas de nuestras zonas se pierden por la construcción de complejos turísticos. Sectores como la agricultura se ven olvidados. Y es que, si no te dedicas al turismo, acabarás saliendo de Canarias. Una problemática que cada día se percibe con una mayor intensidad. 

Yo con esta ilustración quería representar cada problemática que vivimos en Canarias. Desde la estructura social y económica que tenemos, hasta la falta de cultura, o las noticias que en la prensa ocupan una esquina. Estamos perdiendo nuestro medio y todo por la dependencia hacia el exterior. ¿Cómo puede ser que los fondos europeos se inviertan sobre todo en promover el turismo? En vez de crear trabajos que nos ayuden a crear empleabilidad en nuestra población, seguimos demandado del exterior.

Todo está ligado al turismo y hacia la dependencia del exterior. Se da un proceso que se llama endofobia, en vez de miedo al exterior, te da el odio y miedo al interior. De eso que se escucha el no me hables “como un mago” o ese desdén entre islas. Es algo que se da en sociedades periféricas. Por ejemplo, en Turquía, apareció un dicho que era “andar a la turca” que era despectivo para que imitaran a lo occidental porque sus costumbres las veían inferiores a lo exterior menos. Nos vestimos de magos, pero nadie quiere que le llamen mago. 

Nos reímos de nuestras tradiciones. Las preservan, pero por simbolismo y nos dividen. La identidad nos lo venden como algo festivo y de ocio. Pero se olvida que la identidad es la única forma de entendernos y que esta es la única forma de pasar a la acción. Los obreros del siglo XIX no habrían aparecido hasta que surgió la identidad del obrero. Siempre está por encima lo de fuera que lo nuestro. Para que haya un cambio social tiene que haber una masa crítica para que actúe. Nuestra identidad no es un juguete para solo el 30 de mayo o para cuando un turista tiene curiosidad.

Por eso me gustaría preguntarle al Parlamento de Canarias, Canarias no es solo turismo, ¿por qué no se estudian otras alternativas o se diversifica el sector económico en las islas? Si diversifican la economía, generará un gran cambio en Canarias. Y es lo que necesitamos como población. No solo del turismo se vive en las islas, hay muchos sectores que necesitan ser puestos en valor. 

Somos islas con un gran potencial. Preservar nuestro medio, crear puestos de valor a las personas que trabajamos, que no sean solo del turismo. También invertir en energías renovables, en concienciar sobre nuestra identidad y que esta nos ayude a aprender no a ser algo banal de un día. Por eso te pido a ti que firmes. Ser canario es más que vestirse de mago un día, ser canario es tener la canariedad y estar orgulloso de ella. Porque nuestro paraíso tiene que serlo también para nosotros, no una jaula sin oportunidades de crecer.