Hola. Me llamo Sergio Cerezo, tengo 45 años y convivo con una colostomía. 

Yo llevo muy poco tiempo siendo una persona ostomizada. Todo comenzó en septiembre de 2022. Empecé a tener dolores perineales internos, pinchazos en el aparato reproductor interno y no sabía qué me pasaba. 

Aunque yo soy de Barcelona, vivo en Fuerteventura, así que fui al centro de salud para comentarles lo que me pasaba, pero allí todos los recursos son bastante escasos. Además, para mí era muy difícil explicarle mi sintomatología al médico, puesto que no sabía muy bien cómo definirlo. Ante esto, me hicieron unos análisis, pero no encontraron nada raro. 

Pasados 3 meses, seguía con esas molestias y decidí irme a Barcelona -con mi familia- e ir a un médico privado. Fuimos a un especialista, a un cirujano digestivo, el cual me hizo una exploración rectal y al momento se le cambió la cara porque vio algo extraño. 

Me hicieron pruebas rápidamente, en cuestión de 10 días ya me las habían hecho todas, y me dijeron que tenía cáncer rectal -lo tenía localizado muy abajo-. Así que me tenían que poner en tratamiento, es decir, quimioterapia y radioterapia para ver si el tumor disminuía de tamaño. 

Estuve en un hospital de Barcelona durante un tiempo para realizarme las sesiones y, aunque los resultados fueron positivos, el cáncer seguía estando ahí. Posteriormente, los médicos decidieron que lo mejor era extirpar el esfínter del ano y hacerme una colostomía. De esta manera me limpiaron absolutamente todo para que el tumor no se reprodujera más, por lo que me hicieron una colostomía permanente. 

Actualmente no tengo dolores y mi aparato digestivo está bien, no tengo que hacer dieta de ningún tipo. Yo convivo con una bolsa cerrada y desechable, y sigo mi vida como antes. 

Es verdad que tengo que seguir dándome sesiones de quimioterapia hasta finales de año para asegurar que todo está bien, pero es algo habitual. De hecho, cada tiempo tendré que acudir al médico para que me hagan un seguimiento. 

Esta enfermedad hace que te cambie la vida. Es un ‘palazo’ que hace que tu vida dé un giro totalmente. Ya, por suerte, está todo más evolucionado, pero todavía sigue estando ese miedo a la palabra ‘cáncer’, ya que siempre se vincula con la muerte. 

Además, no solo te afecta a ti, sino también a tu entorno. Tu familia y amigos suelen tener esa impotencia de no poder ayudarte más de lo que les gustaría. Es bastante duro. 

Aun así, cada persona se lo toma de una manera diferente. Al principio, me hundí, pero no me duró mucho. Yo lo que quería era seguir adelante, lo que no podía hacer era no luchar. 

Otro palo fue el de saber que tendría que llevar la bolsa de colostomía para toda la vida. Esto hace que te cambie, por ejemplo, las relaciones íntimas. Hay que tener ciertos cuidados. 

Es muy importante que la gente conozca este tipo de enfermedades para que lo normalice. Esto no debería llamar la atención. Muchas personas se quedan mirando con cara de extrañados. Normalicemos todo y si no sabemos algo, preguntemos con educación. Yo, a todo el mundo que me ha preguntado, le he dicho: “Me ha pasado esto”. A nadie le tiene que dar reparo preguntar porque no es un tema tabú ni un impedimento para mi vida diaria. Por eso lo mejor, ante la duda, siempre es ser natural y apoyar a la persona. 

Por todo lo plasmado, lanzo la siguiente petición al Congreso de los Diputados para que haya más visibilidad e investigación para el cáncer rectal y el resto de tumores, así como para la mejora y evolución de las colostomías. 

Tenemos que normalizar estas enfermedades y que a nadie le extrañe ver a una persona con una bolsa de colostomía. Es bueno que se pregunte para conseguir respuestas, así se entenderá todo nuestro proceso diario. 

De igual forma, necesitamos que haya lavabos específicos para las personas ostomizadas. Necesitamos baños adaptados para que nuestra calidad de vida no sea reducida, más espaciosos y con determinados lavabos para nuestras bolsas. 

También, por ejemplo, en los aeropuertos, en los centros comerciales, etc, solemos tener problemas -en algunas ocasiones- porque los de seguridad piensan que debajo de la camiseta llevamos algo raro. Nos suelen hacer ‘cacheos’ y hay muchas personas que no quieren que se les vea la bolsa cuando le levantan la camiseta. Ante esto, queremos que haya personas determinadas o con más empatía que no nos hagan pasar por estos momentos de pudor. No es mi caso, pero sé que hay personas más sensibles que tienen ostomía y que en estas circunstancias se sienten muy violentadas. 

¡Naturalicemos la ostomía y agrandemos nuestros conocimientos sobre las enfermedades para que las personas afectadas no sientan ningún tipo de estigma social!