45 años de represión, exilio y promesas sin cumplir. Esto es a lo que se enfrenta el pueblo saharaui desde que Marruecos ocupa ilegalmente el Sáhara Occidental y los obliga a sobrevivir en campamentos de refugiados en medio del desierto de Argelia, sin más recursos que los que llegan gracias a la ayuda humanitaria internacional.

Al igual que muchos españoles, hace unos años yo no sabía lo que estaba pasando con la antigua provincia española ni con su población, ni la responsabilidad histórica que tiene nuestro país con este territorio. Sin embargo, empecé a involucrarme en proyectos y asociaciones que luchan en busca de justicia para el pueblo saharaui. El primero de ellos, y gracias al cual conocí la causa, fue Vacaciones en Paz, un programa de acogida temporal de menores saharauis por parte de familias españolas durante los meses de verano. 

Gracias a este programa, tuve la oportunidad de compartir tiempo con niños saharauis que vienen a España para alejarse de las difíciles condiciones de los campamentos de refugiados en verano, donde las temperaturas llegan a los 50°C y el acceso a la comida, agua y medicinas es muy reducido. Además de desarrollar actividades con los niños y campañas de recolección de alimentos y materiales necesarios en los campamentos, este proyecto tiene un importante componente de sensibilización para dar a conocer el conflicto en España donde, sorprendentemente, muchos no tienen idea de lo que pasa allí.

Esta labor de sensibilización también se lleva a cabo en otra asociación en la que estoy involucrada: Hijos de las Nubes. A través de activistas saharauis y pro saharauis, luchamos por la defensa de los Derechos Humanos de este pueblo e informamos a la opinión pública sobre el conflicto. Ahora mismo estamos trabajando en un proyecto para construir un paritorio en uno de los campamentos saharauis que garantice mejores condiciones médicas para las mujeres embarazadas y los partos que allí se producen.

Estas iniciativas, al igual que muchas otras que llevan a cabo distintas asociaciones por todo el territorio español, además de intentar mejorar las condiciones de una población refugiada y exiliada de su tierra a la fuerza, luchan por un Sáhara Occidental libre y por justicia para el pueblo saharaui, un pueblo que ha tenido que soportar la ilegal ocupación de Marruecos en sus tierras y la apropiación y explotación de sus recursos naturales. Un pueblo que espera algún día regresar a su tierra y no depender económicamente de otros países para subsistir, porque tiene recursos de sobra para hacerlo. El Sáhara Occidental es además el único país africano pendiente de descolonizar actualmente, pues España sigue teniendo la responsabilidad del territorio como potencia administradora.

Es por todo esto que su hogar, el país al que pertenecen, se encuentra en guerra desde el 13 de noviembre de 2020 cuando Marruecos rompió el alto al fuego que la ONU había prometido con una resolución establecida en 1991 a través de la MINURSO, la Misión de Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental. Pero esta promesa, al igual que muchas otras hechas por la ONU y otros países cooperantes, se ha quedado en palabras. Llevan años esperando en los campamentos de refugiados saharauis en Argelia para volver a sus tierras y hasta que no se solucione este conflicto van a tener que seguir sobreviviendo en un desierto inhóspito con la insuficiente ayuda humanitaria que les llega de otros países.

Por todo ello se necesita buscar una solución urgente a este conflicto. Basta ya de conformarse con recibir ayuda humanitaria y seguir esperando a ser una causa olvidada. El pueblo saharaui merece justicia y que puedan valerse por sí mismos, merece que se respete su dignidad y merece poder regresar a su hogar y vivir en libertad.

Cada año son más las personas que alrededor del mundo nos sumamos a concentraciones, manifestaciones y campañas de apoyo; sin embargo, la libertad y justicia no llegan. Se necesita una solución urgente y esta solución está en la política. La ONU, que prometió terminar con este conflicto y solucionarlo, tiene que hacer algo al respecto. Europa, que evidencia estas injusticias a diario en estos territorios aledaños sin querer mojarse, tiene que hacer algo al respecto. España, como potencia administradora del territorio, tiene que hacer algo.

Por esto acudo hoy al Europarlamento. Necesitamos que nuestros representantes se impliquen. Es hora de que España acabe con su colonización y ocupe su papel para garantizar justicia al pueblo saharaui y trabajar por la libertad del Sáhara Occidental. Es hora de que se cumpla la resolución de la ONU de 1991 y dejar de ceder a los chantajes de Marruecos que incumplen la legalidad internacional.