La falta de interés y el desprecio a los servicios públicos no es algo que se vea solo en sanidad y educación: también se vive en el transporte. En el Metro de Madrid, tan necesario como emblemático, llevamos años denunciando la falta de plantilla en maquinistas, en estaciones y en los mantenimientos de trenes y de instalaciones. La falta de personal es manifiesta, así como la necesidad de nuevo material móvil para renovar el que circula por Línea 1 y Línea 5.

La falta de plantilla provoca carencias serias en los trenes día tras día, dificultando la rutina de miles de personas y favoreciendo las peligrosas aglomeraciones en plena crisis sanitaria.

En abril, firmamos un convenio colectivo con Metro de Madrid que regía una mejora del servicio de transporte, pero este convenio no está sirviendo para cubrir las carencias que venimos arrastrando desde 2013. Las mejoras prometidas no llegan y la situación sigue siendo deleznable.

Y es que el Metro de Madrid tiene hoy menos trabajadores en plantilla que hace una década, cuando había, de lejos, muchos menos viajes. A pesar del constante aumento de viajeros que ha experimentado en los últimos años Metro de Madrid, el gobierno de la Comunidad se resiste a igualar o superar los números que tenía el suburbano a comienzos de década. Esto sólo pone de manifiesto el desinterés de la Comunidad por ofrecer servicios públicos de calidad y por mejorar la vida de sus ciudadanos.

Esta falta de plantilla no es más que el resultado de ver el Metro como un negocio y no como un servicio donde los beneficios obtenidos acaban siendo siempre para las empresas privadas adjudicatarias: dinero público para beneficio privado, tanto en el mantenimiento de los trenes, como y sobre todo en las instalaciones (máquinas billeteras y tornos, escaleras mecánicas, climatización, ascensores, alumbrado, comunicaciones…) Cualquier trabajo por nimio que sea se externaliza, sin rubor alguno y hasta en algún caso utilizan la propia falta de plantilla como justificante de esa externalización.

La solución a la falta de personal no se cubre ni con horas extra, ni explotando a sus trabajadores, ni dejando a los ciudadanos sin un servicio de calidad: se cubre CONTRATANDO.

Pero a este problema, se suma otro igual de grave o incluso peor: el AMIANTO. Desde que en 2017 empezaron a aparecer víctimas de envenenamiento con amianto, han sido muchas las estrategias de la dirección de esta empresa pública para no abordar este problema como se debe, todas inútiles e inadmisibles.

Cuatro años después, seguimos con este problema... Para Solidaridad Obrera es inadmisible que después de los siete fallecidos por amianto, los hallazgos y la falta de medidas de protección, Metro de Madrid siga denunciando a los trabajadores que a día de hoy ven declarada la enfermedad profesional, asbestosis o mesotelioma, por parte del Instituto Nacional de la Seguridad Social.

Ahora es también el momento de indemnizar y compensar a la plantilla, y para ello es ineludible el compromiso político, de los que están ahora y de los que puedan venir, para que se haga justicia creando y poniendo en marcha el Fondo de Compensaciones.

Es por eso que exigimos el DESAMIANTADO total de trenes e instalaciones, que se castigue a los culpables de tal barbarie y que se solvente ya la falta de plantilla contratando a todo el personal necesario para el buen funcionamiento del metro.

¡Por unos servicios públicos de calidad!