Una repentina oleada de pinchazos a mujeres en locales de ocio ha despertado la alarma y mantiene en alerta a las jóvenes. Se estaría administrando a las víctimas benzodiazepinas, éxtasis líquido o ketamina para lograr la “sumisión química”. Estas drogas producen una reacción inmediata en la víctima de pérdida de control y, por tanto, facilidad para el abuso por parte del agresor.

Estas agresiones suponen un grave peligro para a salud pública puesto que, además de la sumisión química, pueden causar el contagio de enfermedades como el VIH o la hepatitis.

¡Esto tiene que parar! Por ello, iniciamos esta petición para exigir un que se instaure un protocolo único, sanitario y policial para la detección e intervención en caso de sospecha de sumisión química.

Esto implicaría una revisión en la entrada de las discotecas, un control en la salida en cuanto se dé un pinchazo y una actuación policial cuando se produzca uno de los ataques, además de la ampliación de kits de análisis toxicológicos en los hospitales.

¡Súmate a la petición!