Pregunta para Parlamento de Canarias
Migrar no es fácil, cuando vives con una discapacidad se vuelve aún más complicado. Es necesario garantizar un protocolo de información migratoria preciso y oportuno para personas con discapacidad, funcionarios públicos y sociedad civil
Migrar es un proceso complejo, el choque de culturas, los sentimientos encontrados, la expectativa contra la realidad y los factores económicos, son algunas de las barreras que existen en este camino que, sin dudas, no es nuevo, pero sí está lleno de incertidumbre y desconocimiento.
Somos Yuru y Carlos, una pareja de venezolanos que actualmente vive en Canarias, llevamos siete años como pareja y cinco de ellos los hemos vivido como esposos. El equipo que formamos ha hecho que nuestro proceso migratorio sea relativamente más fácil, desde 2020 nos hemos dedicado a compartir nuestra experiencia como migrantes a través de “Un Par en Gran Canarias”, un proyecto en Instagram que pretende asesorar con base en nuestra experiencia y enseñar la realidad de vivir en un país.
Nuestra aventura inició al solicitar residencia por motivos humanitarios, con ese apoyo pudimos comenzar este camino y llegamos a la península española con una oferta de trabajo, esa seguridad que nos dio la vacante, y la motivación de saber que España es un país accesible para personas con discapacidad, nos impulsó a migrar y buscar una vida plena para nuestra pareja e inclusiva con las necesidades que Carlos tiene a raíz de su discapacidad visual.
Los primeros meses por acá fueron difíciles, las cosas no salieron como esperábamos, la oferta de trabajo no fue fructífera y viajamos por Zaragoza, Madrid y Barcelona para buscar oportunidades de crecimiento. Fue en Canarias donde, a pesar de no contar con la accesibilidad peatonal y móvil de las grandes urbes, decidimos comenzar nuestra nueva vida, centrándonos en los aspectos positivos y gozando de la seguridad y de las oportunidades que nos brinda esta isla.
No podemos negar que hubo días, semanas o meses en los que pensamos regresar a nuestro país. Estar lejos de la familia, perderte momentos importantes o encontrarte con otras costumbres, duele, pero todo esto nos ha hecho más fuertes, sabemos que hemos avanzado con pasos pequeños, sin embargo, cuando volteamos atrás vemos que todo ha valido la pena.
Hoy en día, considero que he avanzado mucho. Laboralmente me va bien, estoy cursando un curso de asistente veterinaria, siento tranquilidad al caminar de noche por la ciudad y disfruto del proyecto que Carlos y yo tenemos, pero para él el panorama ha sido distinto, sí tiene más seguridad en temas de movilidad e inclusión, pero el no poder trabajar hace que se sienta estancado, en Venezuela ambos ejercíamos nuestra profesión, el plan era que aquí también pudiéramos hacerlo.
Los trámites para obtener el certificado de discapacidad son lentos y confusos. Hemos esperado más de dos años para que a Carlos le otorguen documento oficial que avale y respalde de forma legal el grado de su discapacidad. Un periodista de profesión, con experiencia y conocimientos, no merece ser limitado a causa de un trámite. A pesar de esto confiamos en que habrá un antes y un después significativo, una vez que nos otorguen el certificado.
Gracias a Un Par en Gran Canarias hemos conocido personas que nos hacen saber que migrar no es fácil, pero sí es gratificante. Nos hemos dado cuenta de que si tomas una decisión como esta la tienes que encarar sin miedo y con entusiasmo, tanto los migrantes, como los canarios, nos han arropado de una gran manera y nuestra intención es seguir compartiendo nuestra experiencia, aprender de todos, y compartir la evolución de Carlos.
Queremos aprovechar este espacio para hacerle llegar a los integrantes del Parlamento de Canarias la siguiente petición: Migrar no es fácil, cuando vives con una discapacidad se vuelve aún más complicado. Es necesario garantizar un protocolo de información migratoria preciso y oportuno para personas con discapacidad, funcionarios públicos y sociedad civil.
Por otra parte, también queremos solicitar que se agilicen los trámites a las personas con discapacidad, es injusto que las oportunidades laborales se vean limitadas por procesos que deberían de ser prioritarios si es que se pretende entregarles a los ciudadanos una vida digna.