Mi nombre es Natalia y quiero contar el suplicio que hemos vivido estos meses. En plena pandemia, el 16 de marzo de 2020, a mi padre le da un Ictus en plena calle. No es atendido por nadie porque no había ambulancias para poder llevarlo al hospital de Getafe. La UME tras una hora llamó a mi hermana, que era la última llamada que estaba registrada, y le dicen que pasemos a recogerlo a la calle. Habían llamado varias veces para que viniera una ambulancia, pero no había manera de que viniera. Finalmente, tuvo que ir mi cuñado a recogerlo y llevarlo al hospital. 

Hubo omisión al socorro por parte de todas las instituciones públicas. La policía no le llevó al hospital, la UME no fue capaz de identificar qué se trataba de un ictus… Hubo una cadena de omisión total.

Cuando llegaron tenía todo el cerebro prácticamente dañado y le ha dejado unas secuelas irreversibles. Mi padre fue desahuciado por la Seguridad Social, porque todo estaba saturado por el COVID y le abandonaron. No le dieron rehabilitación. Estuvo dos días en el Gregorio Marañón que es donde tienen la unidad de ictus, y de ahí lo trasladaron al hospital de Getafe.

Lo tienen un mes allí, y la última semana está totalmente solo ya que no podíamos ir a verlo. Nosotros no sabíamos nada de nuestro padre. Tiene una afectación del 95%, no habla, no comprende, tiene paralizada la parte derecha… 

Nos llamaron los médicos y nos dijeron que nos iban a dejar ir a verlo porque si no se muere del ictus, se va a morir de una depresión. Mi padre no entendía nada de lo que estaba pasando, ni por qué estaba allí ni por qué los médicos llevaban EPIS. 

Intentaron llevarlo a la SEAR, pero nosotros nos negamos rotundamente. Mi padre solo recibió rehabilitación la última semana que estuvo en el hospital, que justo coincidió con la semana que nos dejaron ir a verle. Deciden trasladarlo al Hospital de la Venerable Orden Tercera de San Francisco de Asís, porque allí van a darle rehabilitación. Está allí un mes pero tampoco le dan rehabilitación. Nos llamó un médico y nos dijo que sacáramos de allí a nuestro padre. 

El jefe de servicio del hospital nos niega que podamos entrar a ver a nuestro padre, aunque hubiera superiores que sí que nos dejaban entrar. Por no haberle dado rehabilitación y tenerlo encamado le hacen una lesión en el hombro. 

En mayo decidimos sacarle de ahí, asumiendo todos los costes y lo llevamos a una clínica privada. Aquí sí que lo han tratado, aunque es todo muy técnico y es una clínica un poco fría. 

Nos dijeron que lo que nuestro padre necesitaba era una rehabilitación ambulatoria. La Seguridad Social ha abandonado a mi padre totalmente… una persona que ha cotizado hasta los 70 años. Yo entiendo que ha habido una pandemia pero no se puede abandonar a otros enfermos que también necesitan atención.  Mi padre perdió tres meses que fueron fundamentales, porque nadie le dio rehabilitación. 

Le quiero pedir a la Asamblea de Madrid que invierta más dinero en Sanidad. Es vergonzoso que se le dé este trato a un paciente. La sanidad tiene que ser universal y de calidad.