Me llamo Vidina y vivo en Catalunya. En 2009, durante una revisión rutinaria de control, me detectaron un bulto que terminó siendo un tumor maligno. Tenía 31 años. Me operaron para quitarlo y tuve que someterme a un tratamiento de quimioterapia, a otro de radioterapia y luego a un tratamiento hormonal que según protocolo hay que tomar durante 10 años. Durante este tiempo, me quedé embarazada de mis dos hijos.

Después de 10 años, me sometí a una reconstrucción y fue durante la intervención que me detectaron otro bulto que resultó ser, también, cáncer. Entonces, después de 15 días del diagnóstico, tuvieron que practicarme una mastectomía y me cambiaron el tratamiento hormonal; pasó de hacer una función de bloqueo a ser inhibidor. Me propusieron entrar en un ensayo clínico y en estos momentos estoy en ello. El tratamiento completo se compone de 36 ciclos de quimioterapia oral, y ahora mismo estoy en el 15. Me controlan de manera mensual y en octubre, seguramente, me harán la reconstrucción del pecho.

La apuesta para que se pueda investigar es fundamental. Es necesario que se mejore la calidad de vida de todos los pacientes oncológicos que actualmente tienen que someterse a tratamientos muy agresivos y con graves efectos secundarios a corto, pero también a largo terminio; no es lo mismo recibir quimioterapia de manera intravenosa que hacerlo mediante pastillas, por ejemplo. Los efectos secundarios son muy diferentes. Los avances constantes en relación con los tratamientos son necesarios y urgentes, así como también considero que es necesario apostar para investigar los efectos de los tratamientos y de indagar en la línea de la afectación de los mismos sobre la fertilidad de las mujeres.

Quiero poner sobre la mesa de las instituciones, también, la importancia de dotar los centros de salud y los hospitales del personal y del material necesarios para poder atender de una manera completa y personalizada a cada uno de los pacientes que acuden a consulta. A mí me diagnosticaron el cáncer cuando tenía 31 años; la edad no es un indicativo sobre la posible afectación, o no, de la enfermedad. Además, en el mismo sentido, considero que se debería de procurar que los médicos cuentan con contratos y condiciones laborales dignas del trabajo que realizan. Hay que poner en valor su trabajo y evitar que la sanidad pública pierda a profesionales debido a no tener cuidado de lo mencionado.

Es por lo presentado que me dirijo a los políticos del Parlament de Catalunya, ya que son quienes me representan: ¿Cuándo se va a investigar a favor de reducir el riesgo de desarrollar el cáncer de nuevo?. También considero que se debería de apostar para garantizar el acompañamiento psicooncológico siempre, así como para promover la calidad de los contratos de los profesionales sanitarios para fomentar la continuidad de los mismos en los hospitales y centros de salud públicos.