Pregunta para Congreso de los diputados
El VIH es una condición crónica que con tratamiento, no se transmite. Las personas que vivimos con ello no contamos con referentes que faciliten la aceptación y normalización. ¡Necesitamos revertir el estigma y eso implica un esfuerzo colectivo!
El VIH sigue siendo un tema tabú a nivel social debido al estigma que se arrastra desde los años 80, cuando la expansión del virus estaba en su punto álgido y afectaba gravemente a quienes lo adquirían, dado que no existían tratamientos efectivos.
A día de hoy, el VIH no es mortal. Existen tratamientos antirretrovirales que hacen que las personas con VIH, pueda vivir, como cualquier persona y con una esperanza de vida similar, además de inhibir la posibilidad de transmisión a otras personas. Esto se debe a que, con una carga viral indetectable, no hay riesgo de transmitir el virus (concepto conocido como U=U: indetectable es igual a intransmisible).
Adquirí el VIH en 2009 y conviví con él durante muchos años sin compartirlo con nadie. Esto hizo que mis relaciones sociales fueran escasas, al igual que las afectivas, y ni hablar de las sexuales. Mecanizaba cualquier interacción afectiva o sexual, siguiendo pasos programados y sintiéndome siempre desde una posición de inferioridad y vergüenza, y miedo al juicio moral.
En los primeros años no existía un tratamiento accesible, pero tan pronto como surgieron las primeras opciones, el personal sanitario del hospital La Paz, que me atendía me ofreció iniciar la medicación, y acepté. Además, he participado en estudios e investigaciones relacionadas con esta condición.
Gracias a los fármacos y ensayos, logré recuperar la seguridad, disipar la vergüenza y transformarla, con el tiempo, en orgullo y fortaleza. Después de casi una década viviendo en las sombras, hoy miro atrás con una sensación de resiliencia y superación. Que hoy convierto también en activismo a traves de mi arte, extendiendo la mano a personas afectadas como yo y hacerles ver que no tiene nada de lo que avergonzarse y que no están solas…
Aunque hay grupos de apoyo o colectivos que te ofrecen ayuda desde que recibes la noticia del diagnóstico, así como desde la Seguridad Social se ofrece asesoramiento y acompañamiento psicológico, cuesta mucho pasar por encima del estigma de culpa que tiene impuesta la enfermedad y aceptarla y conllevarla de manera positiva.
Carecemos de referentes que, con sus testimonios, ayuden a normalizar el diagnóstico y la situación. Además, la información sobre el VIH en la actualidad es insuficiente para que la sociedad en su conjunto entienda los avances en investigación y las opciones de tratamiento disponibles
¡Es imprescindible revertir el estigma, y eso implica un esfuerzo colectivo para educar, visibilizar y normalizar esta condición!