Me llamo Violeta y vivo en Alcalá de Henares. Era 2018 cuando acudiendo al médico, me noté un bulto en la zona mamaria. A partir de este momento, empezaron a realizarme un seguido de pruebas. Me hicieron una punción en el nódulo y me informaron que no era maligno, pero que me lo quitarían para poderle hacer un estudio. En diciembre me lo quitaron y a medianos de enero de 2019 me llamaron para que acudiera a la consulta. Entonces me informaron de que se trataba de un tumor maligno y que tendría que seguir un tratamiento basado en una intervención quirúrgica, quimioterapia y radioterapia. Me dijeron que padecía cáncer de mama triple negativo. No me informaron de mucho más allá de decirme que era la tipología de cáncer de mama con menos recorrido en el ámbito de la investigación, así que me informé a través de internet. Con el diagnóstico se me cayó el mundo encima.

Me operaron y me limpiaron la zona; también me quitaron dos ganglios para mirar si estaban infectados y concluyeron que no había afectación. Después de esto, empecé con la quimioterapia, que se compuso de dos ciclos, y finalmente recibí radioterapia. Los tratamientos no fueron ni bien ni muy mal; los conllevé junto con sus efectos secundarios. Después de esto, empezaron a hacerme revisiones cada seis meses. Estaba todo bien hasta que en noviembre de 2021, después de hacerme una radiografía, me llamaron y me indicaron que sospechaban de que hubiera una metástasis. Me encontraron nódulos en los pulmones; muy pequeños pero múltiples. Me hicieron, de nuevo, un seguido de pruebas diagnósticas y una biopsia, pero salió no concluyente debido al tamaño de las masas. Los médicos creen que se trata de una metástasis por la tipología de cáncer que padezco. De momento, este mismo mes de febrero he empezado de nuevo con un tratamiento de quimioterapia. También recibiré inmunoterapia y he entrado en un ensayo clínico. El objetivo es frenar el crecimiento de los nódulos.

El proceso de enfermedad me ha hecho percatar del lastre económico que conlleva padecer un cáncer. Los gastos aumentan, ya que a los cotidianos se le suman extras relacionados con el contexto de enfermedad, pero, por el contrario, no hay ayudas económicas disponibles para los pacientes oncológicos o si las hay, son muy poco accesibles. En este sentido, considero que sería interesante que a nivel local se pudiera impulsar alguna acción que ayudara a los pacientes oncológicos de los pueblos, ciudades o zonas. El ejercicio físico, por ejemplo, nos ayuda muchísimo a hacer más llevaderos los tratamientos tanto física como anímicamente, y para muchos es imprescindible o bien muy necesario: ¿Por qué a los pacientes oncológicos no se les ofrecen cuotas reducidas considerando el contexto de enfermedad en los gimnasios? Creo que esta implicación tiene una parte muy positiva para nosotros, pero también para las instituciones locales. No es necesario que el gimnasio sea gratuito, pero ayudar a los ciudadanos que parecen cáncer siendo considerados en este sentido sería muy beneficioso.

Es por lo presentado por lo que me dirijo a los políticos del Ayuntamiento de Alcalá de Henares, ya que son quienes me representan. Me gustaría que consideraran mi propuesta para aplicarla a nuestra ciudad y que a partir de la misma vieran si a la larga se pueden seguir impulsando acciones similares.