Pregunta para Congreso de los diputados
El suicidio se ha convertido en la principal causa de muerte entre los jóvenes y nosotros cada vez somos más conscientes de ello. ¿Cuándo reaccionarán las instituciones y proporcionarán medidas de prevención para acabar con esto?
Mi nombre es Álex, tengo 18 años y creo que todavía hay grandes carencias en cuanto a la atención pública en salud mental. Tampoco desde el sistema educativo se dan facilidades para aquellos que están pasando por tramos de ansiedad o depresión. El suicidio ya se ha convertido en la principal causa de muerte de los jóvenes españoles, ¿a qué estamos esperando para tomar medidas de prevención?
La precarización y la falta de presupuesto en la atención a la salud mental en España cuesta vidas a diario. Las largas colas de espera, la falta de personal y de tiempo o el aluvión de pacientes son solo algunas de las dificultades que tenemos los jóvenes para acceder a una atención sanitaria de calidad. Vivimos una situación realmente alarmante.
La mayoría de las personas que conozco acuden a un psicólogo privado porque no les queda otra. Pero hay casos en los que, o bien las familias no pueden asumir ese gasto o bien los padres no creen que la salud mental de sus hijos sea algo tan importante como para invertir ese dinero en ello. Esto se debe a que todavía existe un estigma muy grande respecto a los problemas de salud mental en nuestra sociedad, pero también a que desde las propias instituciones no se le da la importancia que merece.
Hay chicos y chicas de 16 y 17 años que no se pueden permitir pagar un psicólogo privado por ellos mismos, ni siquiera muchos tienen la información necesaria para recurrir al psicólogo de la Seguridad Social. Por eso creo que es imprescindible que se proporcione un fácil acceso a la atención psicológica.
Si hubiera una atención pública adecuada, aunque muchos padres no estuvieran del todo convencidos de la necesidad de que sus hijos acudieran a tratamiento psicológico, sería más fácil que acabaran accediendo. Debería de ser tan sencillo como cuando vas al médico porque te duele la garganta o acudes a urgencias si te has torcido el tobillo.
Por otro lado, creo que desde el sistema educativo tampoco se facilitan las herramientas para apoyar a los alumnos que sufran problemas de salud mental. Actualmente nos enseñan a todos el mismo temario y también esperan que todos aprendamos al mismo ritmo. Creo que las personas que estén pasando por una depresión o una época de mucha ansiedad deberían de tener un trato diferente en este aspecto.
Los profesores podrían ofrecer más tiempo para realizar determinados trabajos o exámenes a las personas que estén pasando por una situación de este tipo. Deberían de dar la posibilidad de realizar exámenes de recuperación en diferentes fechas o dejar más tiempo para poder acabar el curso. Esto es muy positivo para una persona que tiene depresión, porque le ofreces la oportunidad de seguir haciendo cosas durante ese año.
Yo he tenido una época en la que pasé tres meses sin ir al instituto porque no podía ni siquiera levantarme de la cama. Tuve que repetir el curso y fue horrible porque como sabía que iba a repetir me sentía peor y tampoco hacía nada.
Está muy bien que en muchos colegios e institutos cuenten con un psicólogo, pero también creo que la atención psicológica es algo muy personal y puede que no todos los profesionales te ayuden de la misma manera. En mi caso, he tenido que pasar por cuatro psicólogos diferentes para encontrar uno con el que me sintiera completamente cómodo. Creo que esto es esencial y que desde la sanidad pública deberían de esforzarse por conseguir que todo el mundo recibiera este tipo de atención.
No creo que nos quejemos más que otras generaciones, que lloremos más que otras generaciones o que seamos más frágiles, simplemente que tenemos más posibilidades para dar voz a las cosas que nos molestan. Justo por esto quiero dirigirme al Congreso de los Diputados para demandar que se le dé a la salud mental la importancia que merece. Necesitamos medidas de prevención del suicidio, apoyo escolar y una mayor financiación para el sistema de salud mental público. No podemos seguir mirando hacia otro lado.