Llegamos a la edad adulta sin la consciencia suficiente sobre la importancia de cuidar la salud mental. 

Me llamo Xenia y soy de Barcelona. Lanzo esta iniciativa porque considero que existe un estigma muy grande sobre los problemas de salud mental, todavía es un tema tabú y falta mucho por visibilizar. Deberíamos educar desde la infancia para crecer conociendo al menos algunos de los trastornos más comunes. Muchos de mis problemas vienen de mi infancia por no haber trabajado en ellos. Si se trabajasen desde edades tempranas mucha gente crecería con una buena salud mental.

Para que los menores puedan desarrollar una buena autoestima, habría que contemplar dos escenarios: la escuela y lo que ocurre en casa. En mi caso, no tuve apoyo en mi casa, los problemas de salud mental no se veían bien y se ignoraba el cuidado de salud mental. En el colegio sí que me ofrecieron ir al psicólogo pero yo me negué porque según mis padres no hacía falta. La ayuda que me ofrecieron en la escuela tampoco era la correcta porque no sabían exactamente cómo debían trabajar y gestionar mi caso. Habría que revisar lo que ocurre en la escuela y lo que pasa en casa para que el profesorado y las familias tengan las herramientas adecuadas para saber actuar correctamente ante un problema.

Si educamos teniendo presente la importancia de tener una buena salud mental, podríamos hacer prevención del bullying, ciberacoso o cualquier otro problema. Esto lo conseguiríamos hablando de las emociones desde la infancia para aprender a reconocerlas y que las niñas y los niños se sientan con confianza para decir cómo se sienten y lo que les está ocurriendo. Cualquier persona que lo esté pasando mal debería pedir ayuda profesional. Puedes apoyarte en los amigos y en la familia pero no es suficiente. 

Me gustaría aprovechar para pedir revisen la campaña que han emitido en televisión sobre la salud mental porque acaba con la frase “Pide ayuda” pero en ningún momento te dicen cómo hacerlo y puedes encontrarte muy perdida en los pasos a seguir. También quiero denunciar que faltan muchos profesionales de la salud mental en la sanidad pública. Cuando yo acudí a mi médico de cabecera a pedir ayuda porque no me encontraba bien, de entrada no me derivaron al psicólogo. Tuve que contar cosas muy serias que me había ocurrido para conseguir que me derivase al psicólogo. Si no estuviera al límite no me habría mandado al psicólogo y yo habría empeorado. Estamos llegando tarde a atender a las personas con problemas de salud mental. Me hubiese gustado saber más sobre la salud mental de pequeña, para poder llegar a la edad adulta con las herramientas necesarias.