Pregunta para Parlamento de Catalunya
Mi nombre es Yessenia y fui implantada con un Método Anticonceptivo llamado Essure que no estaba del todo probado medicinalmente y destrozo mi vida y mi salud. ¿Quién va a hacerse responsable del calvario y sufrimiento que generaron a muchísimas mujeres?
¡Hola! Mi nombre es Yessenia, vivo en Barcelona y soy madre de cuatro hijos: tres niñas y un niño. Hace unos años tomé la peor decisión de mi vida en implantarme un método anticonceptivo que no estaba del todo probado denominado Essure. El mismo desencadenó en Fibromialgia y depresión diagnosticadas, parestesia en todo el cuerpo, artrosis, condromalacia rotuliana de tercer grado, síndrome del túnel carpiano, parálisis facial, dolor y fatiga crónica, caída de cabello, erupciones cutáneas, ansiedad, lumbalgias, lagunas mentales y pérdida de visión, entre otros síntomas y enfermedades.
Supuestamente el Essure era un método super novedoso, sin riesgo alguno y efectivo que evitaba el hecho de tener que entrar al quirófano. En 15 minutos ya lo tenías colocado y no debía hacer ningún problema secundario. Así me lo recomendó la Seguridad Social (Cruz Roja) de Hospitalet y por eso accedí a colocármelo en lugar de ligar las trompas porque era un método menos invasivo, sin anestesia que no causaría ningún contratiempo. Sin embargo, sería todo lo contario y mi interminable calvario estaba recién comenzando.
Sentía un dolor como de puñaladas, pinchazos o como si me clavara algo por dentro. No era normal, el dolor me estaba matando y no entendía que me estaba pasando. La ginecóloga me decía que era todo psicológico y que el Essure no me estaba provocando esto. Según los estudios y las analíticas todo estaba en orden.
Cuando dejé de darle el pecho a mi hijo menor, el sangrado era muy abundante, tenía dolores musculares y articulares muy abundantes que no me dejaban ni moverme: vivía de la cama al sofá y no podía ni trabajar. A todo esto, mi médico de cabecera y mi ginecólogo ni siquiera sabían lo que era el Essure. El mismo que me implantó el dispositivo decía que era todo psicológico.
El Dr. Cayuela de la Cruz Roja, pionero en Essure, me preguntó si llevaba una cámara guardada en el bolso y si pertenecía a la plataforma de mujeres afectadas por el Essure: de esa manera me enteré de la plataforma y de otras mujeres que sufrían este método. Leí el caso de una señora que había fallecido, otra que vivía con pañales y de más mujeres que comentaban sus experiencias, pero no fui capaz de seguir leyendo porque me afectaba mucho e incremento mi depresión. Quería ayuda, pero nadie me ayudaba.
En 2017 los dolores no cesaban, de hecho, eran cada vez más fuerte y no me permitían llevar a cabo una vida normal. Además, en ese mismo año el Essure ya estaba fuera del mercado por los daños que causaba. En 2019 me implantaron el DIU hormonal Mirena para cortar los sangrados. Yo solo quería que me sacaran el Essure de mi cuerpo, lo estaba envenenando e intoxicando todos los días.
Sin embargo, fue peor todavía. Los dolores no se fueron, los pinchazos seguían, perdí visión, tenía un constante dolor de cabeza y lo peor: los pechos y vientre inflamados. Pidiendo ayuda a mi médico de cabecera, le pedí que me deriven a psicología porque realmente no me encontraba bien y su respuesta fue: “No hay que molestar a los psicólogos en pandemia y tomate dos tripozol de 25 mg”.
Por ende, fui a ginecología y en la visita me dijo que solo tenía 5-10 minutos para mí. Me preguntó si me dolían más los pechos o la vagina: me dio a escoger. Tampoco sabía lo que era el Essure. Al revisarme encuentra que tenía un quiste de 5 centímetros y me deriva a que me revisen devuelta dentro de tres meses. A casa y paracetamol.
Puse quejas y cambié de medico porque ya no tenía confianza supuestos profesionales de salud que ni siquiera sabían que era el Essure. Mi otra doctora de cabecera me ha ayudado mucho y fue la única que me ha mirado a la cara y escuchado. Si bien tenía que haber sido atendida mucho tiempo atrás, poco a poco fuimos avanzando. Ya no sabía que más hacer, ni a quien dirigirme. Desde la Cruz Roja me llamaron y me dieron cita en ginecología. A todo esto, ya estaba con abogados.
Solo me hicieron una radiografía de la que nunca tuve el resultado, ningún examen previo y no tuve cita con la ginecóloga. Quería el Mirena y Essure fuera de mi cuerpo y ser libre, acabar con esta pesadilla. Pero podían quedar restos y más preocupaciones. Lamentablemente, habían quedado dos trozos dentro mío: uno de tres milímetros del lado derecho y otro de dos en el otro lado, que notaron dos meses después de la operación. Ahí estaba el dolor que tanto sentía. No obstante, supuestamente no causaría ningún problema.
A día de hoy, todavía sufro las consecuencias de haber tenido un anticonceptivo dentro mío, que no me deja tener una vida normal, que no me deja trabajar, ni disfrutar de las cosas simples. Ya han pasado cinco meses de mi operación y todavía tengo inflamación, dolor en las incisiones, sobre todo en el ombligo y los médicos me dicen que van a durar por lo menos un año. Fuimos más de 80 mil las mujeres implantadas en todo España: todavía no tenemos ninguna respuesta concreta y nadie se hace responsable.
Es por eso que os pido todo vuestro apoyo. Si conseguimos 500 firmas, Políticos de Catalunya nos van a brindar una respuesta en esta misma web. ¿Nos ayudas firmando y difundiendo esta petición por todas vuestras redes sociales y contactos? ¡Por todas las mujeres que sufrimos el Essure!