Pregunta para Parlamento de Catalunya
No hace falta que te insulten para hacerte sentir inferior, el racismo está en el día a día, ¿por qué siguen permitiendo esos prejuicios hacia nuestro color de piel?
Mi nombre es Yule, soy una joven dominicana que ya lleva muchos años viviendo en España. Mi madre se vino a Cataluña con un permiso de trabajo, sin embargo, todo lo prometido era falso. En teoría con este contrato le pagaban el alquiler y ciertas cosas que nunca se cumplieron, y al final se iba todo el sueldo en gastos. Tiempo más tarde, cuando mi madre se casó con un catalán, no llegaron más que comentarios super despectivos hacia ella, tales como “dominicana buscavidas”. Un estereotipo muy marcado en la sociedad y muy lejos de lo que era la realidad. Ambos trabajaban y, solo por ser él un español de un pueblo de Cataluña de clase alta, ya le faltaban el respeto a mi madre.
Cuando llegué aquí, yo estaba en un ambiente de personas euro blancas. No crecí teniendo una muñeca que se apareciera a mí, ni referentes en la tele, ni tan solo, cuando empecé a maquillarme, había bases de mi color. En los supermercados no hay productos para mi pelo. Nos vendían inclusividad, pero, ¿dónde estaba?
Yo soy todo lo contrario a las mujeres con las que crecí. Por mi físico, mis caderas anchas, el color de mi piel o mi pelo más afro… Al final me juzgaban por la primera impresión o por lo que creían saber de mi sin conocerme. Pasé una adolescencia muy dura, anhelaba tener otro tipo de cuerpo, cambiar mi pelo. Con la edad que tenía no me culpo, pero ahora lo veo desde fuera y me parece tan injusto. Yo he vivido un racismo muy diferente, muy negativo. Porque te hacen sentir diferente, y al final sólo buscas ser una más. Yo canto y bailo, al final es como un poco el circo, es el estereotipo por ser latina que todo el mundo espera. Ya crean unos prejuicios hacia ti. En mi caso, son ciertos, pero no siempre se cumplen, y el hecho de tenerlos que cumplir mayormente crea inseguridades en muchas mujeres afrodescendientes.
En mi pueblo, la mayoría de las personas son de habla catalana. Cómo lo aprendí pronto, la gente se asombraba y tenían la necesidad de saber cómo podía ser eso posible. Las preguntas siempre son las mismas: ¿has nacido aquí no? ¿Eres adoptada? Y yo les respondía que no, que era inmigrante más que podía aprender y adaptarme sin ningún problema a su ambiente. Incluso mi alto nivel intelectual en la escuela llegaba a sorprender, en ese momento te sentías orgullosa, vas creciendo y te vas dando cuenta de que todos esos elogios son micro racismos. Los mismos profesores también llegaron a hacer los mismos comentarios.
Cuando fui a comprar mi primer coche, fueron 3 las veces que por teléfono pacté las condiciones con el vendedor y todo iba correcto hasta el momento de ver mi foto de perfil, y llamarme para decirme que el coche ya no estaba disponible. Hace dos minutos me habían dicho que sí.
Para buscar trabajo lo mismo. Me ha costado. He tenido que demostrar el doble en según qué puesto.
No me han llamado “negra de mierda” en mi día a día, pero mi color me condiciona, no hace falta que te insulten para hacerte sentir inferior. Y es que al final esto te afecta en tu vida diaria. Cada vez que necesitas algo, te duele menos un insulto que no poder acceder a lo que necesitas. Simplemente quieres tener los derechos al igual que cumples con las obligaciones. Y hay veces que no sé hasta qué punto tengo los mismos derechos.
Siendo negro, inmigrante, teniendo un apellido extranjero, en el momento de buscar algo online, por ejemplo, un piso, ¿cómo lo hago para que no me juzguen? Claro que no es ilegal que no me den un trabajo, coche o una casa con una excusa barata que se inventan cuando en realidad hay un racismo detrás.
En el mundo de la televisión no hay apenas personas racializadas y cuando las hay es por presión social, o eso me parece. Tiendo a ver el lado positivo de las cosas, y pensar que esa falsa inclusión es cierta.
Conlleva años de cambios y mucha lucha, poco a poco vamos mejorando. Y las generaciones futuras no tendrán que lidiar con según qué cosas. Pero aún queda muchísimo trabajo por hacer.
Las redes sociales hacen mucho daño. Insultar cada vez es más fácil, ya no tienen que enfrentarse cara a cara a la persona. Y les da igual quién esté detrás, insultan, hacen bullying, tienen más acceso a faltar el respeto. Por eso me gustaría expresarles a las instituciones, en concreto al Parlamento de Catalunya, que no hace falta que te insulten para hacerte sentir inferior, el racismo está en el día a día, ¿por qué siguen permitiendo esos prejuicios hacia nuestro color de piel?
Firma esta iniciativa porque nadie es menos que nadie. Ahora hay niñas pequeñas latinas, negras, africanas, que me dicen que “cómo hago para ser una negra empoderada en un mundo de blancos”. Y yo les explico que no es fácil porque yo también he tenido mi lucha interna. He tenido que aceptarme a mí misma. Tiene que llegar ese momento en el cual el cambio empiece por uno mismo. Ves a una niña de 12 y 13 años y es triste que la juzguen de esta forma, y que esté luchando constantemente para encajar. Están pasando por lo mismo que yo a pesar de haber pasado tanto tiempo. Por eso esto tiene que parar, EL RACISMO ESTÁ EN LOS DETALLES, NECESITAMOS CAMBIAR ESTA SITUACIÓN.