Mi nombre actual, y desde hace tres años y medio, es Aarón. Hacer el cambio de género no me ha resultado nada fácil, simplemente por el miedo a que no me comprendieran, a que no me respetaran, a que me señalaran, etc. Es una cosa que  piensas mucho y hay gente que por estos motivos no da el paso y  cuando tiene una edad avanzada piensa en qué hubiera pasado si hubiera tenido el valor de dar el paso sin tener en cuenta lo que piensen los demás. 

No es lo mismo hacer el cambio de género con 18 años que con 44, ya que la mayoría de gente te ha conocido como una  chica , esperan de ti que tengas novio, te cases y formes una familia. En mi caso, solo de pensar en eso me entraban escalofríos y me deprimía. ¿Por qué las personas se creen con el derecho de decir lo que mi cuerpo siente o lo que quiero hacer con él? Hasta hace tres años yo no estaba siendo feliz, no me sentía a gusto conmigo mismo y, desde pequeño, ya sabía que yo no era una princesa, si no un rey. 

Toda la vida he sentido que estaba en un cuerpo que no me pertenecía y ya no quería estar medicándome con antidepresivos, quería empezar a ser el chico que siempre veía en el espejo. Tras un largo periplo entre psicólogos, sexólogos y endocrinos, empecé con el cambio. Lo que más difícil me resultó fue el cambio de voz, ya que siempre me he dedicado a la música y tenía la incertidumbre de si todo el proceso impediría que yo volviera a cantar.

Cuando el proceso ya estaba muy avanzado, empecé de nuevo las clases de canto, con mi nueva voz y poco a poco me fui sintiendo a gusto con ella. A día de hoy, he conseguido cantar canciones que antes en la vida me hubiera imaginado.

El apoyo familiar ha sido clave en este trayecto. Al final es muy importante contar con los que te rodean y me siento fatal cada vez que pienso en las personas que no son apoyadas en estos casos por sus familiares. Simplemente por el hecho de no comprender sus sentimientos. 

Me gustaría pedir a las instituciones que den más visibilidad a casos como el mío en los medios de comunicación. Que sea un tema que se trate en el ámbito educativo, ya que es la mejor herramienta para que la sociedad cambie de mentalidad. A los políticos, me gustaría decirles que nos tienen que tratar con más empatía y que, en vez de ponernos obstáculos, deberían favorecer la creación de nuevas leyes para que las personas trans no nos sintamos discriminadas, ni maltratadas. 

Y, por último, me gustaría mandar un mensaje a todas aquellas personas que se encuentren en mi situación, que estén pasando lo mismo que yo he pasado o, incluso, las que se lo estén planteando: no estáis sol@s. Es muy importante que aceptéis quienes sois y eso no depende de lo que estipule la sociedad, sino depende de lo que quiera y sienta un@ mism@.