La guerra también deja heridas invisibles. Necesitamos apoyo para atender las necesidades de salud mental de los refugiados
Según un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada cinco personas que han experimentado la guerra u otro tipo de conflicto en los 10 años previos padecen secuelas mentales. En torno al 5% padecen enfermedades graves, como trastorno bipolar, psicosis o formas graves de depresión o TEPT, entre cuyos síntomas pueden incluirse flashbacks, pesadillas y casos de ansiedad grave.
Actualmente, el conflicto en Ucrania está dejando secuelas psicológicas a los más de 5 millones de personas que ha huido del país. Por eso el Plan Regional de Respuesta a los Refugiados (PRR) interinstitucional para la situación de Ucrania ha solicitado una cantidad inicial de 550,6 millones de dólares para ayudar a las personas refugiadas en Polonia, la República de Moldavia, Hungría, Rumanía y Eslovaquia, así como en otros países de la región. Entre estas ayudas, se incluye el apoyo psicosocial y de salud mental a los refugiados de Ucrania, así como la proporción de alojamiento, ayuda de emergencia y asistencia en efectivo.
Tal y como afirmó, Peter Ventevogel, oficial sénior de salud mental de ACNUR, la salud mental y el apoyo psicosocial deberían formar parte integral de la respuesta humanitaria ante situaciones de crisis y emergencia en todo el mundo.
¡Firma para reforzar los servicios de salud mental para las personas refugiadas de Ucrania!