Somos Adopta un Coral, un proyecto de investigación que nació en 2019 a partir de un semillero de estudiantes de Biología y dos docentes de la Universidad Javeriana de Cali. Nuestro objetivo es la restauración y conservación de arrecifes coralinos en Gorgona que junto a Malpelo, son las dos islas de mayor extensión situadas en el Pacífico colombiano. 

Si te interesa saber más de nuestra iniciativa, sigue leyendo, da clic en el botón de apoyar y comparte con tus contactos para que obtengamos 350 firmas y un congresista responda la pregunta inicial de este texto a través de Osoigo.

Contrario a lo que algunas personas pueden pensar, los corales no son plantas ni rocas, son animales (pólipos) que tienen una asociación simbiótica, con un tipo de alga que le ayuda a obtener nutrientes.

Su base se compone de carbonato cálcico de un esqueleto protector, que forma la estructura de los arrecifes de coral. Los pólipos viven fijos en las bases de carbonato cálcico, que parecen rocas. Cuando hay muchos pólipos juntos de una misma especie, esto se conoce como colonia, al juntarse con otras, da lugar a los hermosos arrecifes. 

Se estima que los arrecifes de coral ocupan menos del 1 % de la superficie oceánica, sin embargo, son los encargados de cobijar a por lo menos el 25 % de los organismos marinos. Esto significa que brindan hogar a anémonas, peces, tiburones, cangrejos, langostas, organismos invertebrados y un sinnúmero de seres vivos. 

De otra parte, los corales protegen la línea de Costa, es decir que disminuyen las olas y la erosión que estas ocasionan. Así mismo, impulsan la economía de las comunidades, porque son punto clave para realizar careteo y buceo y concentran los productos del mar que las poblaciones pescan.

Lo preocupante es que la supervivencia de los corales está en riesgo por la contaminación, el calentamiento global, la sedimentación y otras causas ocasionadas por el ser humano lo cual, según expertos, podría desaparecerlos en más del 30 % en los siguientes 30 años. 

Por eso, Adopta un Coral se centra en la investigación de técnicas de restauración, porque aún no hay una metodología establecida para crear guarderías (el primer paso en el proceso de restauración) en los ecosistemas del Pacífico colombiano. 

Para la región del Caribe, o incluso en el Indo-Pacífico, se han planteado diferentes opciones para la creación de la guardería, pero ninguna de estas ha sido pertinente para las condiciones del Pacífico colombiano, donde hay una diferencia en la composición de especies, cambios de marea considerables y otros factores influyentes.

Cada seis meses, con fondos provenientes de donaciones y de las adopciones, nuestro equipo realiza salidas de campo de siete días, -que incluyen dos viajando- a Isla Gorgona para hacer seguimiento, limpieza, tomar fotografías y enviar reportes del crecimiento de los corales que han adoptado. De esta manera, damos cuentas desde la primera siembra hasta que se trasplantan y se convierten en corales saludables. 

Se trata de una labor larga que inicia con la creación de volcanes hechos con agua, cemento y arena, en los que se planta el fragmento del coral para disponerlo en la guardería. Este método ha sido el que mejor se acopla a las condiciones de Gorgona, permitiendo un adecuado crecimiento de los corales.

Así las cosas, si se presenta un evento de blanqueamiento masivo, como se predice que va a ocurrir, o una catástrofe ambiental que atente con el arrecife coralino, las entidades encargadas podrían actuar de forma rápida y restaurar el arrecife perturbado. 

¡Protege el océano, adopta un coral!

De acuerdo con el Ministerio de Ambiente, en Colombia existen 2.860 km2 de arrecifes coralinos, pero a la hora de hacer restauración, se prioriza el Caribe por el turismo que atrae. Por ejemplo, El programa ‘Restaurando Un Millón de Corales por Colombia’ puso el 98 % del presupuesto en esa región, dejando solo el 2 % en Gorgona, Utría y Tribugá. 

En ese sentido, somos pioneros en la restauración coralina del Pacífico colombiano, pero no queremos quedarnos solos. Le apostamos a encontrar el mecanismo ideal de reparación y acciones que eviten, en un futuro, que la población coralina se acabe. 

Con este proyecto, tenemos un gran grupo de soldados listos para enfrentar el cambio climático. Hasta el momento tenemos más de 310 corales adoptados en Gorgona, con aportes nacionales e internacionales, a través de planes desde los 32 mil pesos y con los cuales el adoptante puede escoger el nombre y la especie de coral que quiere apadrinar. 

Nuestro llamado general no solo es a cuidar el océano y los corales, sino el Pacífico en su conjunto, debido a que hemos notado que esta zona no es lo suficientemente exaltada, por no tener la arena blanca y el agua azul brillante. 

Así como Adopta un Coral surgió por el amor al mar y la necesidad de conservar y cuidar nuestros recursos, es necesario que todos los colombianos tengan conciencia y reconozcan los fenómenos que pueden impactar de manera negativa nuestra naturaleza. 

La pregunta que tenemos para los congresistas es: ¿Por qué no se prioriza el Pacífico colombiano para las labores de restauración y limpieza de los desechos traídos por la marea y producidos por los turistas y pobladores? ¿Qué podemos hacer para darle visibilidad a esta región?

¡Es hora de reducir la brecha entre la ciencia y las personas para preservar nuestra biodiversidad! Si te gustó nuestra propuesta, recuerda dar clic en apoyar y compartir para que lleguemos a 350 personas.