Aupa Urtzi,

Rabia e impotencia. Para nosotras fue el primer golpe de realidad de cómo actúa el PNV. Bildu llegó en Junio del 2011 al Ayuntamiento y hasta el día del desalojo y posterior derribo (Septiembre del 2011) trabajó para dar continuidad a Kukutza. No sólo mediamos entre el colectivo Kukutza y el Ayuntamiento, sino que pusimos sobre la mesa diferentes alternativas a fin de que no se derribara esa fábrica de sueños. A pesar de todo, no vimos en ningún momento que por parte del equipo de gobierno hubiera voluntad política de buscar una solución negociada y Kukutza fue el primer ejemplo donde vimos lo que ha sido una constante esta legislatura, para quien gobierna el PNV: Para los que más tienen por encima del interés general.

Desgraciadamente donde estaba Kukutza, una fábrica de sueños, de cultura alternativa, una alternativa sociocomunitaria completa, un edificio ejemplo de convivencia con el vecindario, de economía social y un activo importante de participación ciudadana, hoy no hay más que ruinas. Donde existía un equipamiento que venía a satisfacer gran parte de las necesidades sociales y culturales de un barrio como Errekalde y, además a coste 0 para el Ayuntamiento, hoy no hay más que desolación y escombro.

Creemos que no podemos dejar de recordar que la cerrazón y la irresponsabilidad llegaron y se apropiaron del mismo. La cuestión era clara: o se defendían los intereses públicos y generales de Errekalde o se apostaba por los intereses especulativos de una constructora de oscuro y dudoso pasado.

La postura del tripartito PNV, PP y PSOE ante esta cuestión fue significativa, a la par que vergonzosa. Decidieron posicionarse a favor de un especulador sin escrúpulos, no dudaron en dar la espalda a un barrio y, por si fuera poco, en una actuación sin justificación alguna, ordenaron el derribo, la ocupación violenta de todo el barrio y las cargas indiscriminadas contra toda la población. Actuación que alcanzó tal grado de violencia que hasta el Ararteko la rechazó tras considerarla injustificada y desproporcionada.

En definitiva, en Errekalde en septiembre de 2011 quedaron en evidencia dos modelos diferentes de entender Bilbao, de entender la ciudad, el Bilbao de la excavadora y la porra, gris, que prioriza el centro en detrimento de los barrios, ese Bilbao de escaparate para turistas en el que lo diferente, lo que no piensa como PNV-PP-PSOE o lo que no es del agrado de estos, se les quita de en medio. Y frente a ello el Bilbao diverso, de color, que pivota sobre los barrios, que es donde vive la mayoría de la población, el Bilbao de la gente que prioriza los intereses generales, y que se visualizó en las masivas manifestaciones de septiembre.

Agur bat