Pregunta para Congreso de los diputados
Soy sexólogo y profesor, y a lo largo de mi vida he tenido varias ITS diagnosticadas. ¿Cuándo y cómo se tiene pensado instaurar una educación sexual realmente integral e inclusiva?
Hola. Me llamo Alberto, soy sexólogo y profesor, tengo 38 años y a lo largo de mi vida he tenido varias ITS diagnosticadas (infecciones de transmisión sexual o consideradas de transmisión sexual).
He tenido gonorrea, clamidiasis o papiloma, entre otras. En todos los casos, los diagnósticos han sido realizados en edad adulta. Generalmente, detectaba algún enrojecimiento, picor, abultamiento o escozor. En definitiva, algo que se salía de lo que consideraba habitual, por lo que buscaba posibles causas entre mis propios conocimientos y búsquedas profundas en internet. En muchos casos ha consistido en un autodiagnóstico confirmado posteriormente por profesionales de la medicina. Posteriormente, informaba a mis últimas parejas sexuales para que lo tuviesen en cuenta, se revisasen y evitasen la posible transmisión a otras personas. Durante este tiempo, he topado con personal médico comprensivo (la mayoría, aunque no siempre bien formado), pero también con otros que me han juzgado a la hora de revisar, diagnosticar o solicitarles información.
Tener alguna ITS influye en el mantenimiento de relaciones sexuales con otras personas, ya que se suelen evitar, e incluso puede afectar a nivel psicológico y emocional. Por ejemplo, pensar “por qué me tiene que pasar a mí” con cierto trasfondo de culpabilidad y autoestigma, algo que se suele agravar si la educación recibida ha sido conservadora, puede influir negativamente y hacerte sentir muy mal.
En la sociedad hay un profundo desconocimiento con todo lo que tiene que ver con la sexualidad, en general, y con la salud sexual, en particular. Esto hace que se fomente el rechazo y el estigma hacia algo que es tan natural como que los seres humanos somos seres sexuados, que nos relacionamos sexualmente y que convivimos con muchísimos microorganismos que podemos transmitirnos por muchas vías, incluido el contacto físico sexual. La adquisición de conocimiento sexual completo, trasversal y que tenga en cuenta toda su diversidad puede ayudar a prevenir ciertas ITS y, en el caso de que aparezcan, sirve para no estigmatizar ni estigmatizarnos, además de permitirnos buscar soluciones efectivas que nos faciliten seguir disfrutando de nuestra sexualidad de una manera saludable tanto a nivel físico, como psicológico y social.
El problema mayoritario, por tanto, es el provocado por el desconocimiento. Por este motivo necesitamos que se implante una educación sexual integral e inclusiva desde edades tempranas hasta la edad adulta, tanto a nivel curricular como extracurricular, que permita reducir o eliminar bulos, mitos y jerarquías. Una formación dirigida al personal docente, al sanitario, a las familias, al alumnado y, en general, a toda la sociedad.
Por todo lo plasmado, lanzo la siguiente petición al Congreso de los Diputados para que haya más visibilidad y mayor investigación para las infecciones de transmisión sexual (ITS), así como una educación sexual acorde que elimine estigmas.