Pregunta para Congreso de la República de Colombia
Día Mundial de Donación de Órganos: mi hija Sarita recibió trasplante de hígado y riñones y su lucha nos cambió la vida como familia. ¿Cuándo se crearán programas de apoyo para los pacientes de estas intervenciones?
Soy Álex Huérfano y quiero compartir la historia de mi hija Sarita para decirlas a las familias de pacientes trasplantados que no están solas, y para que el Congreso escuche nuestro llamado. Te invito a dar clic en apoyar y compartir.
A sus 10 años, mi hija Sarita ha vivido lo que muchos otros niños, e incluso adultos, no hemos vivido: después de una lucha incansable que inició a sus dos años, le ganó la batalla a una falla renal que la llevó a requerir diálisis peritoneal y la extracción de sus dos riñones y su hígado. Pero ella es fuerte, valiente, inteligente y amorosa, y ha asumido su proceso con receptividad, acompañada siempre del amor de nuestra familia.
Después de largas estadías en el hospital, exámenes, consultas y medicamentos, mi hija ingresó a lista de espera para recibir trasplantes de riñones e hígado. No fue fácil, pero el 1 de julio de 2016 realizaron el procedimiento; el donante fue un bebé que tenía entre 4 y 6 meses.
Aunque nos advirtieron que Sarita podría presentar discapacidad cognitiva y talla baja, ha crecido, estudia, sueña con ser médico y lo más importante, ama la vida. Sin embargo, ha presentado varias complicaciones luego del procedimiento, uno de los riñones funciona al 20 por ciento y siempre deberá ingerir medicamentos.
Este largo proceso ha transformado nuestras vidas, porque nos hemos dedicado de lleno a nuestra niña, a hacerla feliz y a crearle gratos recuerdos. Junto a mi esposa, Mercy Natalí Chávez, nos hemos endeudado, hemos perdido trabajos y hecho todo lo que esté a nuestro alcance para que Sarita viva feliz.
No obstante, creemos que aún falta conciencia por parte de la sociedad; por ejemplo, una vez a Sarita no la recibieron en un colegio por no comprometerse a darle sus medicamentos y atender sus necesidades cuando fuera necesario.
Esto me lleva a pensar que no comprendemos la trascendencia de la donación de órganos, que definitivamente es un acto de amor y respeto por la vida. Por eso, mi llamado a los ciudadanos es a que recuerden que uno puede salvar muchas vidas con la donación de pulmón, corazón, corneas, hígado, riñones y tejidos. Así como mi hija lo necesitó hace unos años, otra familia lo puede requerir en unos cuantos años.
Pero como país debemos ir más allá, es primordial que en Colombia haya mayor sensibilización y compromiso, por parte de la ciudadanía y de las entidades competentes. También, es hora de que los pacientes que necesitan un trasplante o lo recibieron, puedan acceder a programas de acompañamiento social, psicológico y económico que les permita entender su situación, avanzar en sus tratamientos y recuperaciones y continuar con sus propósitos.
Por eso, le pregunto al Congreso de la República a través de Osoigo: ¿Cuándo se crearán programas de sensibilización y apoyo para los pacientes de estas intervenciones?
Sarita se ha perdido de salidas al parque y de juegos de niños, pero como miles de pacientes trasplantados o en espera de un órgano, quiere cumplir sus sueños. Si esta petición llega a 350 firmas, recibiremos respuesta por parte del Congreso. Haz clic en apoyar, sigue los pasos y comparte con tus amigos para que haya más empatía con la donación de órganos en nuestro país.