Me llamo Ana y vivo en Girona, en Catalunya. El año pasado, con 28 años, me diagnosticaron un cáncer de mama. Yo misma me noté un bulto y decidí acudir a una clínica ginecológica. Allí me hicieron una ecografía mamaria. El médico que me atendió de entrada me dijo que él creía que no sería nada, pero que teniendo en cuenta mi edad prefería hacerme una biopsia para «curarse en salud».

Yo estuve muy tranquila hasta que me hicieron la prueba en cuestión. Con el diagnóstico, me informaron de que padezco un cáncer de mama de tipología hormonal que se encontraba en estadio 1. Me explicaron, también, que el tumor medía menos de 1 cm y que por suerte, mi tipología de cáncer de pecho (ductal infiltrante) está muy estudiada.

Para empezar me hicieron una conservación de óvulos por si en un futuro quiero quedarme embarazada y no puedo de manera natural debido a los efectos secundarios de la quimioterapia. Después, me intervinieron quirúrgicamente y una vez hecha la operación, los médicos que tenían que tratarme se reunieron y me plantearon las diferentes opciones de combinación de tratamientos que podía recibir a partir de entonces considerando las características de mi enfermedad.

Yo decidí hacerlos todos (quimioterapia, radioterapia y tratamiento hormonal), ya que sirven para evitar que el cáncer vuelva a aparecer después de unos años o para que aparezca más tarde de lo que lo haría normalmente. Para tomar la decisión consideré que no me importaba estar un año mal si esto me daba vida después. Ahora mismo estoy terminando el tratamiento de quimioterapia, que he tolerado bien, y una vez hecho, tendré un mes de descanso y luego me harán radioterapia durante tres semanas. Finalmente, seguiré un tratamiento hormonal que durará cinco años.

Tuve la suerte de que me percaté yo misma de que tenía un bulto cuando este era, todavía, muy pequeño; de que el médico estuvo a favor de gastar dinero para hacerme una prueba más y de que el cáncer que yo padezco es uno de los que tiene mejor pronóstico gracias a la investigación que se le ha dedicado. Considero que teniendo en cuenta mi ejemplo, se puede valorar la importancia que tiene un diagnóstico temprano y la investigación sobre la enfermedad y sus tratamientos.

Lanzo esta campaña para que desde las instituciones se considere mi testimonio como un ejemplo de buena praxis y para que se incida de manera constructiva sobre los aspectos de la detección y de la investigación. En concreto, planteo a los políticos del Parlament de Catalunya, ya que son quienes me representan: ¿por qué no se incide sobre la detección temprana y se invierte en investigación para garantizar más diagnósticos como el mío?