Pregunta para Asamblea de Madrid
¿Por qué no existen parques adaptados para los niñxs con discapacidad en Madrid? ¿Cómo vamos a crear una sociedad inclusiva si se les excluye desde la infancia?
Me llamo Ana, y mi hija Lidia de 5 años se desplaza por su entorno gracias a su silla de ruedas. Es una niña feliz, alegre y muy sociable, a la que le encanta jugar, pero que comienza a darse cuenta más que nunca, que la vida no está adaptada para las personas con discapacidad. Sobre todo cuando quiere ir al parque a divertirse como el resto de niños de su edad.
Los parques, espacios de ocio creados para la diversión de la infancia pero que excluyen a un parte de la sociedad vulnerado su derecho fundamental al juego. Lugares públicos en los que se desarrollan las relaciones sociales, y sin embargo, la inclusión brilla por su ausencia por falta de adaptabilidad de los columpios y su acceso.
¿Cómo puede usar un niñx una silla de ruedas en un tobogán, un balancín o acceder a lo alto de un juego?
Es por ello que pedimos a la comunidad que se creen áreas de juego inclusivo, en las que se normalicen todas las infancias, y todos los niñxs puedan hacer el mismo uso del equipamiento en igualdad de condiciones, sin ser excluidos por sus discapacidades, porque las necesidades de disfrutar son las mismas que cualquier pequeñx de su edad.
Por favor, démonos cuenta de que la presencia de la diversidad es esencial para educar a nuestros hijx desde pequeños en la inclusión social.
Se necesitan espacios recreativos con elementos específicos para acceder son sillas de ruedas, arneses, en el que no existan barreras arquitectónicas excluyentes. No queremos que se nos tenga lástima por tener que vernos obligados a convivir con una discapacidad, lo que necesitamos es concienciar y sensibilizar, que a las familias se nos vea de igual a igual, y se nos ofrezca ayuda cuando la necesitemos
En nuestra sociedad todavía queda mucha falta de empatía e inclusión, y en cierta medida se debe a que no existen los suficientes espacios públicos que visibilicen esta realidad.
Familia y amigos trabajamos mucho la autoestima de Lidia para que los comentarios y las miradas no le duelan, y su respuesta sea con una sonrisa. Pero a veces se hace muy duro, porque tenemos que estar chequeando todos los sitios a los que vamos con su silla de ruedas para saber si existe adaptación en los accesos y en el espacio.
No obstante, seguiremos luchando ya no solo por ella, sino por todos los niñxs que vengan detrás, para que puedan tener zonas de juego en las que se sientan de igual a igual junto con el resto de sus compañeros, disfrutando del derecho a jugar, de un derecho fundamental.