Me llamo Ana y tengo un hijo con discapacidad al que le invade la soledad cuando llega la hora del recreo. Antes de iniciar el curso, siempre buscamos rutinas y recursos que ayuden a su adaptación. Sin embargo, cuando no está en clase, esa motivación con la que entra desaparece durante el tiempo de juego en la hora del recreo.

Es por ello que lanzo esta petición, para que los recreos se conviertan en patios inclusivos. Necesitamos un espacio de socialización donde el juego tenga en cuenta la diversidad del grupo. Al igual que en las aulas se tienen en cuenta estas necesidades, en el tiempo de juego también deberían ser atendidas para evitar que nuestros hijos se sientan aislados y apartados.

Este tiempo de patio inclusivo está pensado, estructurado y dirigido para alumnos que presentan necesidades especiales, así como para aquellos que tienen dificultades para relacionarse e interactuar. Es fundamental que se adapte el entorno a su modo de percibir los estímulos de su alrededor.

Implementar esta forma de intervención en el recreo, no solo beneficiará a los niños con necesidades educativas especiales, sino que también fortalecerá las relaciones interpersonales dentro del aula. Gracias a esta iniciativa, el resto de los alumnos aprenderá a comunicarse y relacionarse con sus compañeros, brindándoles el apoyo necesario de manera cada vez más espontánea en diversas situaciones y contextos.

Por favor, unámonos para hacer de nuestros patios un lugar inclusivo donde todos los niñ@s puedan jugar y disfrutar juntos. ¡Es hora de fomentar la diversidad y la inclusión en nuestros recreos! 

¿Nos ayudas a conseguirlo con tú apoyo y difusión a esta petición?