El Impuesto de Sucesiones es el impuesto que se aplica a una herencia tras el fallecimiento de una persona. Cuando alguien no tiene herederos legítimos ni ha hecho testamento, todos sus bienes materiales y económicos van a parar al Estado. 
 

Hace tres días perdimos a mi abuela y ahora nos encontramos con que tenemos que pagar por heredar algo que era suyo y que ya había pagado; no es justo tener que pagar dos veces. En Europa, hasta 18 países han eliminado de su política fiscal el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones. España lo mantiene, llegando este a alcanzar un tipo máximo del 81,6%. De los países del entorno, sólo Bélgica se acerca a esta cifra, con un tipo máximo del 80% para las herencias entre no familiares. 

Los impuestos sobre sucesiones y donaciones están cedidos al 100% a las comunidades, por lo que la cuantía a liquidar depende de la comunidad y crece al alejarse el grado de parentesco con el fallecido. Para los mismos 800.000 euros donados en metálico de un padre a un hijo, la diferencia entre comunidades supera los 200.000 euros. Las comunidades donde se paga más son Castilla y León, Extremadura, Aragón, Asturias y la Comunidad Valenciana. En Cantabria, por ejemplo, no se paga nad. En Madrid, Andalucía y Murcia el importe solamente asciende a unos 2.000 euros.

No es justo que una persona no pueda heredar un bien pagado por su familia porque no puede hacer frente a la cuantía que exige el impuesto de sucesiones. Por otro lado, no es justo que el impuesto varíe tanto de una comunidad a otra; de existir, debería ser igual para todos y todas. 

A través de esta petición quiero pedir al gobierno que elimine el impuesto de sucesiones porque nuestras herencias son nuestras y no del Estado.