Me llamo Andrea Barrios, soy mexicana, vivo en España y soy doctora en psicología y especialista en trastornos de la conducta alimentaria (TCA) y obesidad. Durante cuatro años roté en el Hospital Universitario Infantil Niño Jesús, donde realicé mi proyecto del doctorado. Posteriormente, ejercí como psicóloga en la institución privada Grupo ITA. Ahora trabajo en una clínica privada de Zaragoza “RENACE”. 

Trabajar en la sanidad pública y en la privada me ha otorgado una muy buena visión de la situación de los TCA en este país. A lo largo de estos años he podido comprobar la falta de recursos existentes para las pacientes con TCA.

La escasez de camas en los hospitales conlleva a que muchas de las chicas que necesitan hospitalización, acaben en sus casas sin un tratamiento adecuado. Por su parte, la falta de especialistas en psicología hace que la frecuencia de las sesiones en los tratamientos ambulatorios u hospitales de día sea nula y se agraven o cronifiquen los TCA.

Cuando hablamos de TCA, hablamos de una de las causas más graves de suicidio y muerte en la adolescencia. Por ello, es necesario que las instituciones sean conscientes de lo importante que es tener más recursos sanitarios para tratar esta enfermedad mental. 

Por otro lado, es importante entender que no solo hay que paliar lo que ya tenemos, sino que hay que prevenirlo, ¿cómo? Trabajando desde los centros educativos. Las charlas que se imparten en las escuelas muchas veces promueven los TCA. No basta con explicar los síntomas o los signos de alertas, no es así como se acata el problema. Debemos trabajar la parte emocional, acatar la cuestión desde la conciencia. Si conseguimos fortalecer todo esto, difícilmente se generarán los TCA. 

Las charlas que nosotros proponemos, tanto para padres y madres, como para adolescentes, y nuestro programa de intervención asertiva familiar (PIA-F y PIA-A), no trabajan el TCA como tal. Nosotros trabajamos todo lo que puede ayudar a que no se genere ese TCA y los resultados son muy buenos. Durante el desarrollo de mi proyecto, centrado en el PIA-F, pude comprobar como mejoró el sentimiento de unión en la familia, como disminuyó el sentimiento de malestar entre ellos y, lo más importante, una diminución notable de la sintomatología del TCA. 

Por todo lo anteriormente expuesto, y como ciudadana residente en Madrid durante ocho años, me dirijo a las y los miembros de la Asamblea de Madrid, para que tomen medidas al respecto.