Estamos hartas del acoso sexual que recibimos a diario. Camino a casa queremos ser libres, ¡no valientes!
Somos Andrea y Maria, graduadas este año en Medios Audiovisuales en TecnoCampus Mataró, un centro universitario adscrito a la Pompeu Fabra (UPF). Hace tres años, durante la carrera, hicimos un trabajo conjunto que consistió en un cortometraje llamado Camino a casa, contra el acoso callejero, que presentamos en el Calella Film Festival Límit 48h.
El corto, de menos de tres minutos, muestra en un plano secuencia cómo una chica se encuentra con diferentes acosadores de camino a casa, y cómo cada vez está más tensa y más asustada. El lema es, como decimos en la campaña: “Camino a casa queremos ser libres, no valientes”.
Es agotador e indignante el acoso que recibimos a diario. Por mi parte (Andrea), no hay un solo día que no sea acosada cuando voy de casa a la parada de autobús. Si no es un comentario, es un silbido, o miradas que incomodan e incluso intimidan. También en el metro son incontables las veces que hemos sentido miradas, acercamientos, e incluso que nos han seguido.
Por si el acoso sexual por parte de desconocidos no fuera suficiente, por desgracia también existe aquel ejercido por personas del entorno. Precisamente nuestro campus apareció en los medios este junio debido un caso de acoso sexual por parte un profesor del grado.
Fuimos nueve alumnas las que presentamos la denuncia a través de la Unidad de Igualdad de la universidad, aunque tenemos constancia de este acoso desde 2014. Utilizaba el chat de la universidad para enviar mensajes fuera de lugar, desde proposiciones de citas hasta mensajes de contenido sexual y muy agresivos. Finalmente, el profesor recibió la sanción máxima de despido sin indemnización.
Ni siquiera en espacios donde deberíamos sentirnos seguras podemos hacerlo. ¿Acaso no tenemos derecho a estar tranquilas en los espacios públicos? Por eso queremos pedir que se aborde el acoso sexual tanto desde la prevención como desde el acompañamiento.
Por un lado, es importante crear conciencia a través de la educación, tanto entre alumnos y alumnas como entre padres y madres, así como campañas de visibilización y concienciación. Por otro lado, las víctimas necesitamos más información y acompañamiento para saber qué hacer cuando nos encontramos en una situación de acoso. Nos parece muy bien que la ley del “Solo sí es sí” incluya el acoso callejero como delito sexual, pero necesitamos saber cómo se aplica a la práctica.
Esperamos que esta campaña pueda servir para crear conciencia y para ayudar a todas las mujeres, ya que todas, de un modo u otro, hemos sido víctimas de este acoso.