¿Por qué no se revisan las ayudas en ortopedia y se ajustan a los costes actuales? Su uso es imprescindible para mejorar la calidad de vida de nuestros hij@s
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Anna Grau

¿Sabe que una silla de ruedas puede costar el doble con receta que sin receta?


Estimada Susana,

Lo primero, un beso a Iker y otro para ti. Lo segundo: precisamente ayer estuve visitando en Sant Vicenç dels Horts a mi amiga Yolanda Delgado, cuyo marido, Toni, es enfermo de ELA. Ahorraron con gran esfuerzo 8.000 euros para comprarle una silla de ruedas especialmente adaptada a sus necesidades. La van a tener que devolver porque los plazos de entrega y la calidad del servicio no se ajustan ni de lejos a la dignidad del enfermo...ni al sobreesfuerzo económico inhumano de esta familia.

Me cuentan, y me dejan ojiplática, que vas con una receta pública para comprar una silla de ruedas pongamos por 3.000 euros, preguntas en la ortopedia el precio, te dicen que cuesta 1.100, pongamos, y claro, lo primero que piensas: qué bien, me voy a gastar la diferencia (de la receta pública) en comprar accesorios que mejoren la calidad de vida del paciente.

Ah, pues no. Entonces es cuando el señor de la ortopedia te dice que los 1.100 es si pagas a tocateja y con tu dinero, no con el de la receta. Con la receta, servicio básico y vas que chutas.

¿Las causas? Pues desde los recortes siempre ocultos y a escondidas de la Administración, el mal uso de los recursos y de nuestros impuestos, hasta, o sobre todo, a la renuncia a defender a capa y espada los intereses de los pacientes. Es más fácil claudicar ante los grandes conglomerados de una industria sanitaria que ahora mismo consume la parte del león del Estado del Bienestar, permitir monopolios encubiertos, posiciones dominantes...que acaba pagando el ciudadano con su salud y su desesperación.

No nos queda otra que visibilizar caso por caso, problema por problema, obligar a gobernantes y gobernados a tener visión global. Hay demasiado en juego.

Siempre vuestra, Anna Grau

 


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Anna Grau
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Iker tiene 6 años, y su capacidad de movimiento depende del material ortopédico que usa para desplazarse. La seguridad social nos ofrece unas ayudas para su compra, pero con un problema, los precios que tiene estipulados, no se modifican desde al menos 15 años, y el coste de la ortopedia se ha visto incrementando de forma exponencial, así como las adaptaciones propias de casa usuario que se deben realizar.

Es decir, nos encontramos con dos dificultades principalmente:

  1. Subvenciones que solo cubren el precio de una ortopedia demasiado básica.
  2. Burocracia lenta, complicada y con requisitos incongruentes.

Es por ello que pedimos una revisión de las ayudas, y que las gestiones burocráticas para su solicitud sean los más claras posibles. Por favor, no olvidemos que son recursos para mejorar calidad de vida de nuestros hij@s, y que las familias pasamos por un agotamiento físico y mental muy duro ante la incertidumbre de si se nos concederá, y podremos costearlas económicamente. 

Si necesitamos que Iker tenga un caminador y una silla de ruedas, aún con “recetas” individuales, tenemos que pagar unos 800 euros más por cada ortopedia, porque al modelo básico hay que añadirle las adaptaciones que requiere su patología, es decir, un caminador en el que mi hijo no puede agarrarse con las manos, no lo voy a coger, porque no se puede mantener. Tiene que ser un caminador que le venga bien a él.

Y el caso de la silla de ruedas igual, por una cuestión postural, se tienen que ir añadiendo accesorios para que su adaptación sea lo más cómoda posible, y a la larga no tenga problemas en su cuerpo, por posibles deformaciones al no mantener una postura correcta.

Todo son gastos, dificultades y mucho tiempo de espera, demasiado… Desde que comienzas todos los trámites, recibes la receta, y haces el pedido a la ortopedia, puede llegar a pasar casi medio año. 

De hecho, en un año, el caminador de Iker se le ha quedado pequeño, ¿dificultades con las que nos encontramos? Tener que esperar los dos años de carencia para volver a solicitar otra receta, y volver a desembolsar casi 1.000 euros.

¿Y si solicitamos a la ortopedia el material antes de recibir la subvención? Nos arriesgamos a que no nos la concedan y el importe a pagar se duplique. Es decir, cómo puede asumir una familia todos esos gastos, más los habituales del mantenimiento de una casa y necesidades básicas con un solo sueldo. Iker es dependiente, necesita una persona que le ayude, una casa accesible (reformas en baño, cocina, marcos de puertas) y un vehículo adaptado para que pueda subir en una futura silla de ruedas eléctricas. Acabamos con un gasto para meternos en otro nuevo constantemente.

Sí de verdad se ofrecen ayudas de acceso a productos ortopédicos, para poder adaptar la vida de nuestros hijos, mejorar su autonomía… que estos sean lo más sencillos posibles en su solicitud, y acordes a los precios actuales del mercado. 

No es coherente prometer una mejor calidad de vida de las personas dependientes, cuando se nos “quema” con la solicitud de documentación que ya está digitalmente registrada, y la obligación de cumplir plazos presenciales de registro cuando las citas que se conceden superando dicho periodo. Un proceso largo y arduo para que luego te sea denegada.

Nosotros seguiremos luchando para darle a Iker todas las herramientas que necesite para mejorar su autonomía, porque queremos que sea una persona independiente, que sepa plantarle cara a la vida, a defenderse con palabras, que tenga su carácter, su personalidad y que no se sienta menos que nadie. Solo un ciudadano más. 

Sortzailea
Susana Muñoz Susana Muñoz
514 de 500 Apoyos
2022.05.24

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