Sin duda alguna, una de las lacras de nuestra sociedad es la persistencia de esquemas de desigualdad que se traducen en numerosos efectos perniciosos como son: la violencia machista, la desigualdad salarial o las dificultades de integración laboral y política entre otras.

No debemos resignarnos a vivir en una sociedad en la que la mitad de sus miembros tienen enormes dificultades para desarrollarse plenamente. El machismo y el patriarcado son realidades que deben combatirse con decisión y medios.

Nuestros objetivos en materia de igualdad de género son fundamentalmente dos:

1) Cero víctimas de violencia machista, tanto en el ámbito familiar como en el ámbito laboral. Esto se logrará con mayor acompañamiento policial y mecanismos de monitorización y alerta temprana.

2) Plena inclusión y equidad en los sectores laborales y públicos mediante leyes de paridad.

Para atacar esos problemas es imprescindible dotar a la sociedad de mecanismos jurídicos y educativos. En el plano jurídico queremos hacer extensivas las Leyes y disposiciones sobre paridad a las empresas y organismos públicos, de modo que alcancemos la igualdad real en puestos de responsabilidad. Obviamente esto debe acompañarse de mayores ayudas a la maternidad y la lactancia y una mayor sanción a aquellas empresas que discriminen a las trabajadoras por dichos motivos.

La independencia de la mujer es clave para su liberación, por ello es fundamental monitorizar que a igual salario se cobre igual sueldo, independientemente del género de la plantilla. Pero no sólo esto es importante, también lo es vigilar que no existan profesiones feminizadas o masculinizadas, ya que generalmente las profesiones feminizadas son aquellas en las que los ingresos son inferiores. Para ello hay que establecer criterios de paridad en la admisión de alumnado en las universidades.

Lo anterior nos lleva a la segunda estrategia, la educativa. Es imprescindible una educación verdaderamente igualitaria que incluya la perspectiva de género en todos los contenidos y que eduque a las niñas para ser mujeres empoderadas e independientes y para que eduque a los niños para asumir la igualdad, haciéndoles entender qué es realmente el feminismo. Sólo a través de una educación feminista lograremos superar la sociedad de la desigualdad de género.