El Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es una patología que provoca que hormonas vitales para el desarrollo humano (serotonina, dopamina y noradrenalina) se produzcan en menor cantidad, causando en las personas problemas de gestión de emociones, razonamiento, socialización y ciclo de sueño.

Soy Nathaly, tengo 38 años y a los 33 fui diagnosticada con TDAH, hace algunos meses inicié mi proyecto “Apoyo al TDAH adulto”, en el que busco ayudar a pacientes que fueron diagnosticados con este trastorno en edad adulta o en fase tardía. Trato de compartir los conocimientos que he adquirido con mi experiencia, sin embargo, no soy coach de vida, psicóloga, ni psiquiatra, soy una actriz diagnosticada con Trastorno por déficit de atención e hiperactividad que lucha por visibilizar esta neuropatología.

El TDAH sigue siendo investigado por profesionales, es un padecimiento sin cura que vive rodeado de mitos y estereotipos. En lo particular siempre me sentí como una niña rara, o al menos así me hicieron sentir, conocí mi patología gracias a un amigo que vivía con ella, cuando hablamos me identifiqué con lo que me explicaba, investigué por mi propia cuenta y después acudí a expertos para tener un diagnostico certero, sin embargo, cuando lo tuve ya habían pasado 33 años de mi vida con esta condición.

Hoy, conjuntando mi experiencia con información científica puedo decir que, aunque el TDAH no se puede diagnosticar hasta los 6 o 7 años, existen diferentes síntomas que pueden indicar la presencia de esta patología en los niños, por ejemplo, dificultades de coordinación y memorización, problemas sociales, inquietud al dormir, o adicción al azúcar. Como padres de familia, maestros o tutores, una de nuestras prioridades debería ser observar a nuestros hijos e identificar sus comportamientos, esto es básico para el diagnostico temprano y el tratamiento oportuno de cualquier patología.

A los 16 años comencé mi formación y desarrollé el gusto por la expresión corporal o musical. Me siento orgullosa de lo que he logrado, pues he sido reconocida a nivel nacional por mis trabajos escénicos, siendo que esto un triunfo más que profesional, para mí representa una victoria personal que demuestra tenacidad. El tener problemas de memorización, coordinación y expresión ha hecho aún más difícil el llegar a donde he llegado y demostrar que sí pude, a pesar de que pocos creyeron en mí. 

“Las personas con TDAH son maleducadas, no son inteligentes o son vagas”, tres de los estereotipos más comunes usados en una oración, el seguir pensando de esta manera y fomentar comentarios basados en desinformación no ayudan en lo absoluto. Es necesario educar a la sociedad, visibilizar las patologías invisibles.

Desde Apoyo al TDAH Adulto, nos hemos dedicado a crear grupos de apoyo, compartir experiencias y estructurar iniciativas, por eso queremos aprovechar este espacio para hacerle la siguiente petición a los integrantes de la Asamblea de Madrid: ¡Visibilicemos lo invisible! Es necesario dar charlas gratuitas sobre TDAH en las escuelas públicas y privadas. El desarrollo correcto de los niños y niñas con este trastorno se verá beneficiado si profesores, padres de familia y alumnos aprenden sobre esta patología. 

El bienestar y la seguridad social debe de ser una prioridad gubernamental, les pedimos que aumenten los apoyos psicológicos y económicos para las familias que tienen dentro de sus integrantes a una persona con Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad.