Pregunta para Parlamento de Catalunya
Sufrí bullying por el hecho de ser gorda, y a día de hoy sigo siendo discriminada por mi peso, como muchas otras. ¿Cuándo se tomarán medidas reales y efectivas para luchar contra la gordofobia en todos los ámbitos?
Soy Arte Mapache, soy de Barcelona y me dedico a la ilustración, a la fotografía y a la poesía para fomentar la diversidad corporal, la lucha contra la gordofobia y la diversidad de identidad y de sexualidad. Se conoce como gordofobia la mentalidad automática y muchas veces inconsciente que lleva a discriminar, menospreciar y objetivizar a las personas con sobrepeso.
La gordofobia está tan arraigada a nuestra sociedad que ni siquiera nos damos cuenta de todo el daño que provoca, no solo a las personas gordas, sino al resto de la ciudadanía, empezando por la infancia. Yo, como la mayoría (si no la totalidad) de las personas gordas que conozco, sufrí bullying cuando era una niña.
Creo que pasé por tantas situaciones traumáticas que hay partes de mi niñez y adolescencia que he borrado de mi memoria, pero sí recuerdo cuando empecé la ESO, con 12 años, que había tres chicos un año mayores que yo que se metían conmigo cuando nos cruzábamos por el pasillo, llamándome “gorda”, “niña glotona”… Eran más altos y mayores que yo, me arrinconaban y me hacían comentarios despectivos. Se lo comenté a mi tutor, habló con ellos y por suerte dejaron de decirme cosas.
Justo el verano de ese mismo año me encontré uno de los chicos en un camping, y eso me provocó muchísima ansiedad. Además, el año siguiente otro de ellos había repetido curso y vino a mi clase. Aunque no ocurrió nada más, fue muy duro a nivel emocional tener a mi lado la persona que me había acosado el año anterior.
También lo pasaba mal para comprarme ropa. En las tiendas comunes nunca encontraba ropa de mi talla y tenía que ir a una tienda de ropa para señoras, con tan solo 14 años. Recuerdo que la tienda tenia un escaparate por donde se podía ver el interior desde la calle, y siempre que iba tenía miedo de que me viera alguien del instituto. Finalmente ocurrió: un chico me vio a través de la vitrina, y fue un momento muy embarazoso. Días después, se había corrido la voz de que había ido a una tienda de ropa para señoras.
Creo que la sociedad no es consciente de lo peligrosa que es la gordofobia y todas las consecuencias que acarrea: acoso escolar, baja autoestima, trastornos de la conducta alimentaria, depresión, ansiedad y suicidio en los peores casos. La discriminación que sufrí yo afectó mucho a mi autoestima, sentía que no merecía que me pasaran cosas buenas, y me llevó a tener momentos de dejar de comer y otros de tener atracones.
Las personas y las instituciones que nos discriminan se justifican con la excusa de que se preocupan por nuestra salud. Si eso fuera cierto, se preocuparían también por nuestra salud mental, y eso les da totalmente igual. Además, se tiende a recurrir a este argumento sin ni siquiera conocernos ni saber cuál es nuestro estado de salud.
Nos han enseñado que la gente gorda come azúcares, alimentos procesados, comida basura, por lo que se nos pone la etiqueta de gente poco saludable y antiestética, y en cambio la gente delgada come sano y cumple con los cánones de belleza. Esto hace mucho daño, porque cuando me ven piensan automáticamente que como mal, no hago deporte y no me cuido, y de hecho soy vegana y como lo más natural posible.
Ante esto, quiero dirigirme a los políticos del Parlament de Catalunya, ya que soy de Catalunya y son mis representantes en dicha cámara, para tomar medidas reales y efectivas para luchar contra la discriminación hacia las personas gordas en todos los ámbitos y de forma global.
La gordofobia está fuertemente instaurada en todos los aspectos de nuestras vidas: educación, sanidad, alimentación, moda, publicidad, comercio… Es una discriminación tan socialmente aceptada que forma parte de nuestro ideario sin darnos cuenta, incluso entre las personas gordas mismas. Espero que algún día lleguemos a un punto en que ser gorda o delgada sean solamente adjetivos, y no un insulto o un halago.