Entiendo que haya ciudadanos que consideren que sus impuestos deben ir dirigidos a sufragar las necesidades de los españoles que pagan impuestos, pero estamos hablando de seres humanos. No quiero ponerme en la piel de esa persona que me describe y a la que se niega la asistencia sanitaria.

Tenemos una magnífica sanidad pública, universal y gratuita, que es la envidia de la mayoría de los países por cuestiones como esta. Lo que nunca aceptaré serán los abusos del sistema público de salud pero no podemos poner desasistidos a personas que lo necesitan, por una cuestión de humanidad. Un Estado como el nuestro tiene que demostrar que es grande en estas cuestiones.

Respeto cualquier civilización, pero creo que la nuestra es más avanzada y que tiene unos mayores valores morales de solidaridad por lo que debemos dar ejemplo. En mi caso concreto, mi vocación humanista y democratacristiano me impide rechazar ayuda a quien lo necesita de verdad