Pregunta para Congreso de los diputados
Convivo con un linfoma folicular. El cuidado de la alimentación y la reducción de la contaminación y de los tóxicos podrían ayudar a que la afección de las enfermedades disminuyera. ¿Por qué no se incide sobre esto para fomentar la prevención?
Me llamo Bea y vivo en Catalunya. A principios de 2020 y en plena pandemia de Covid-19, me salió una especie de orzuelo en el ojo. Esperé los aproximadamente 15 días que se necesitan para que el orzuelo se me curara pero no se fue. Llamé al médico para plantearle mi situación y para que me asesorara, ya que debido a las restricciones no me podía visitar, y me recetó un tratamiento para orzuelos. Así lo hicieron todos los médicos a los que recorrí durante los siguientes meses.
No fue hasta junio que fui a urgencias del hospital y me atendió un médico que me mandó con el especialista. Este último ya sospechó que mi afección podría ser un tumor. Me practicaron todo tipo de pruebas y a finales de julio me diagnosticaron un linfoma folicular ubicado en el lagrimal del ojo que también había afectado zonas como la médula ósea, el bazo, parte abdominal, etc. Este es un cáncer que por el momento no tiene cura y estuve dos días asimilando la noticia. Entonces decidí que tenía que informarme y seguir adelante. Estudié mucho sobre mi patología y decidí empezar poniendo hincapié en mis hábitos alimenticios.
Soy vegetariana y he cuidado siempre este aspecto, pero es verdad que a raíz de informarme, me percaté de que tenía carencias. Así que decidí incluir todo lo que me faltaba en mi dieta. Una vez terminado el tratamiento de quimioterapia, los médicos me anunciaron que no presentaba ningún tipo de masa residual derivada del cáncer y que esto era excepcional. Tampoco tuvieron que hacerme radioterapia porque el nódulo del lagrimal es muy pequeño. En enero recibí mi última quimioterapia y en estos momentos he empezado con el tratamiento de mantenimiento de 'Rituximab', que dura dos años y que genera anticuerpos monoclonales para evitar recaídas.
Durante todo el proceso de enfermedad, he reflexionado que las enfermedades se tendrían que tratar, también, como un aspecto a prevenir. A grandes rasgos, desde la Seguridad Social no se hace hincapié, por ejemplo, en la nutrición oncológica y personalizada para cada paciente, y el problema está relacionado con esto: dejando de lado los casos de cáncer que se dan debido a mutaciones congénitas, si tú procuras no darle el ambiente propicio a la enfermedad para que se desarrolle dentro de un cuerpo, no tiene por qué hacerlo. Esto conlleva tratar la contaminación, los tóxicos y la alimentación. Creo que las instituciones tendrían que apostar por hacer un replanteamiento sobre el sistema al que nos sometemos. No puede ser que la economía esté por encima de la salud. Es por todo lo expuesto que me dirijo a los políticos del Congreso de los Diputados, para que me respondan ¿por qué no se incide sobre estos aspectos para fomentar la prevención del cáncer?