Me llamo Belén y a los 13 años perdí a mi padre a causa de un astrocitoma. Ahora soy enfermera e imparto talleres gratuitos de Meditación Creativa para pacientes oncológicos.

Cuando mi padre tenía 42 años empezó a tener mareos, cefaleas y convulsiones. Aunque era evidente que algo le pasaba, tardaron meses en dar con su diagnóstico, pues los síntomas eran compatibles con diversas enfermedades. Finalmente le diagnosticaron un astrocitoma, un tipo de cáncer que afecta al cerebro y a la médula espinal, cuya tasa de supervivencia es muy baja.

Para combatir su enfermedad lo operaron, extirpándole todo lo que pudieron del tumor, y a continuación le dieron quimioterapia y radioterapia. En cambio, al poco tiempo recayó y su estado fue empeorando mucho, hasta que finalmente falleció.

Tras vivir esto decidí formarme como enfermera. Además, a día de hoy imparto talleres gratuitos de Meditación Creativa (un tipo de dibujo denominado Zentangle) para pacientes oncológicos, por lo que sigo muy en contacto con esta enfermedad. Entre otras carencias, considero que existe una importante falta de apoyo psicológico tanto para pacientes como familiares, algo que dificulta sobremanera afrontar y aceptar vivencias traumáticas como un proceso oncológico.

Por ello, con esta iniciativa pido al Parlament de Catalunya que destine más recursos a la investigación del cáncer y al apoyo psicológico de los pacientes y sus familias, durante y después del proceso oncológico.