Me llamo Betty, soy de Langreo (Asturias) y tengo una hija de casi tres años que se llama Sofía. Me quedé embarazada cuando estaba acabando 2º de Bachillerato y me estaba preparando para la Selectividad. Lo supe un poco tarde, pero mi pareja y yo decidimos seguir adelante con el embarazo, aunque yo estaba un poco asustada porque iba a empezar la universidad.

A pesar de todos los miedos, empecé la carrera con siete meses de embarazo, y finalmente tuve a Sofía con 18 años. A día de hoy, compagino la maternidad con mis estudios en Pedagogía, y la verdad es que lo llevo bastante bien.

En cuanto a mi familia, al principio fue un susto bastante grande, había muchos miedos porque ni mi pareja ni yo teníamos trabajo, pero por suerte eso solo duró una semana. La verdad es que luego me apoyaron muchísimo, tanto mis familiares como amigos y profesores, y estoy muy agradecida por ello.

Sin embargo, sí me he encontrado con situaciones en la consulta médica en las que me he sentido discriminada y juzgada. Por ejemplo, en la primera visita que tuvimos con el ginecólogo, nos trató bastante mal: no dejaba que mi pareja viera la ecografía, no le dejaba participar en la conversación… Fue una situación un poco rara. Al final pedimos cambiar a otra ginecóloga y la cosa ya fue mejor, pero en general me habría gustado más acompañamiento y empatía por parte del personal sanitario.

Es por eso que me quiero dirigir a los políticos del Parlamento de Asturias, ya que soy de Asturias y son mis representantes en dicha cámara, para que se apueste más por la formación en atención sociosanitaria a embarazos tempranos y madres adolescentes, para así ofrecer un acompañamiento con garantías, sin prejuicios ni discriminación.

Como he dicho, mi experiencia en general fue muy buena, me sentí muy bien acompañada por mi familia, mis amigos y mis profesores, pero hay otras chicas que no han tenido la misma suerte. Por eso es importante que los profesionales sepan abordar los embarazos tempranos desde el respeto y la empatía, para así ir cambiando la mentalidad y acabar con la estigmatización hacia las madres jóvenes.