Mi nombre es Blanca, y mi padre Octavio falleció hace unos meses de cáncer de páncreas.  En 2019, hace aproximadamente dos años, le detectaron el cáncer. Tardaron dos meses en darle un diagnóstico, hubo una negligencia muy grave en la detección. 

Mi padre tuvo un melanoma antes del cáncer de páncreas. El gen que causaba este cáncer de piel, fue el causante del otro cáncer. A mi padre tras extirparle el melanoma no le hicieron ningún estudio genético, cosa que me gustaría que se implantara como mecanismo de detección. Muchas veces es un mismo gen el que causa diferentes tipos de cánceres. 

La Seguridad Social está muy deteriorada. Cuando vas a consulta los médicos lo que quieren es acabar rápido con un paciente para pasar al siguiente. Mi padre fue a Atención Primaria porque estaba amarillo, la doctora dijo que lo mejor era esperar, que le iba a mandar alguna prueba pero que seguramente fuera una hepatitis y no le mandaron directamente a urgencias, haciendo las pruebas por vía ordinaria, las cuales tardaron demasiado. Estuvimos mes y medio esperando las pruebas para ver qué era.  

En el momento en el que diagnosticaron el cáncer de páncreas los ganglios linfáticos ya estaban afectados. El cáncer no espera, no puede ser que los mecanismos de detección sean tan ineficientes.  

Además, en el hospital tanto el equipo de oncología como el de cuidados paliativos fue de lo peor que nos hemos encontrado. El último día, que mi padre casi no podía andar, que lo teníamos que agarrar para que se mantuviera en pie el médico de paliativos nos dijo: “se puede ir a casa que se va a morir igual, y podéis ir en taxi sin problema”. 

Para estar en cuidados paliativos hay que hacer un curso y un protocolo de educación emocional, pero creo que se debería reforzar aún más. Hace falta mucha humanidad  y tacto en los hospitales. Los pacientes no son números, son personas.  

La oncóloga no atendió a mi padre como debería. Nos decía que como a mi padre no le podían abrir para verle todo el cuerpo no se podía saber la progresión de los tumores que ya tenía en los pulmones. Estuvieron un año sin hacerle un TAC.  

Cuando mi padre ya tenía metástasis nos ofrecieron participar en un ensayo clínico. Estuvimos esperando hasta que la oncóloga nos dijo que ella lo había intentado con un ensayo, pero que había rechazado el caso. Como ella no tenía contacto con ninguno más que nos buscáramos la vida. Ha sido todo un desastre.  

Creo que la investigación es fundamental para acabar con esta enfermedad. Hacen falta muchos más recursos económicos. Se debe invertir más en investigación en cada uno de los cánceres existentes así como en desarrollar nuevos métodos de detección; como el de los estudios genéticos. Hay que apostar por la ciencia y la investigación. 

Me gustaría que la Asamblea de Madrid se hiciera eco de estas peticiones.